Nombre y definición del alimento
La cereza es el fruto del cerezo, árbol de la familia de las rosáceas. El fruto es una drupa de unos 2 cm de diámetro, cuyo color oscila desde el rojo claro hasta el morado oscuro.
Existen muchas variedades de cerezas, cuyos nombres se deben al lugar de origen, tiempo de maduración, tipo de polinización y forma de floración. Pero las principales variedades de las que derivan las demás son:
- Cerezas dulces (Prunus avium).
- Cerezas ácidas o guindas (Prunus cerasus).
- Duke. Es un híbrido de las dulces y ácidas, que combina las mejores propiedades de ambas.
Historia
Su origen geográfico no se conoce con exactitud, pero se cree que proviene de los países que circundan el mar Negro y el mar Caspio, desde donde se expandieron hacia Europa y Asia con las migraciones humanas, durante el imperio romano. Su origen etimológico es controvertido, aunque una de las teorías con más peso asegura que los griegos —que la utilizaban como remedio depurativo—, llamaban a esta fruta «kerasos». Más tarde, los romanos asimilaron este término y lo hicieron propio llamando a esta fruta «cerasus», de donde derivaría a la actual «cereza».
Valoración nutricional
La cereza es rica en hidratos de carbono, principalmente azúcares simples como fructosa, glucosa y sacarosa, si bien su valor calórico es moderado respecto al de otras frutas. Aporta cantidades considerables de fibra.
En lo que se refiere a su contenido en vitaminas, están presentes en pequeñas cantidades: vitamina C, tiamina, folatos y provitamina A.
Tiene cantidades importantes de potasio y en menor proporción, magnesio, hierro, fósforo y calcio.
En su composición hay que destacar la presencia de compuestos bioactivos como las antocianinas (localizadas en la porción carnosa de la fruta), sustancias con capacidad antioxidante.
Las cerezas también aportan monoterpenos, concretamente, alcohol perílico, compuesto con actividad antitumoral.
Aporta 65 kcal por 100 gramos de porción comestible.