Cualquier producto envasado o enlatado, con fecha de caducidad o consumo preferente, no se debe consumir una vez pasada la fecha indicada en el envase.

La determinación de la fecha de consumo como ‘fecha de consumo preferente’ indica que, a partir de la fecha indicada, no se garantiza unas características organolépticas tan optimas como las iniciales. Desde entonces se producirán mayores o menores alteraciones (en función del tiempo que transcurra y la composición del alimento) debido al crecimiento de microorganismos alterantes, como por ejemplo microorganismos patógenos, en el caso de realizar tratamientos térmicos inadecuados, manipulaciones o almacenamientos incorrectos. La indicación de ‘fecha de caducidad’ está referida a productos muy perecederos, a partir de la cual, el producto no debe ser consumido.

En ambos casos, no se puede garantizar al consumidor una buena calidad general del producto (organoléptica, higiénico-sanitaria y nutricional), una vez superada la fecha de caducidad o consumo preferente. Por tanto, se debe evitar consumir productos caducados.