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Biblioteca de Alimentos

NOMBRE Y DEFINICIÓN DEL ALIMENTO

De acuerdo al Real Decreto 650/2011, se entiende por bebidas refrescantes las bebidas analcohólicas, carbonatadas o no, preparadas con agua de consumo humano, aguas preparadas, agua mineral natural o de manantial (en lo sucesivo agua), que contengan uno o más de los siguientes ingredientes: anhídrido carbónico, azúcares, zumos, purés, disgregados de frutas y/o vegetales, extractos vegetales, vitaminas y minerales, aromas, aditivos autorizados u otros ingredientes alimenticios.

HISTORIA

Las bebidas refrescantes nacieron hace más de dos siglos, a finales del XVIII. Muchas de ellas tuvieron su origen en el ámbito de la farmacia y se solían tomar para paliar pequeñas afecciones.

Los primeros refrescos conocidos se elaboraban a base de agua natural o aguas gaseosas naturales, que se combinaban con frutos y edulcorantes como la miel u otros jugos azucarados.

El primer paso que dio lugar a la elaboración de los refrescos modernos se produjo a finales del siglo XVIII, cuando comenzó a utilizarse el término “soda” para denominar a una bebida elaborada a partir de agua, bicarbonato sódico y anhídrido carbónico. Entre las diferentes clases de soda, el agua ácida solía recomendarse para problemas como la acidez, indigestión o, incluso, la gota. A su vez, la de Seltz se tomaba, por su agradable sabor y por sus propiedades médicas, para bajar la fiebre, tratar dolencias estomacales o alteraciones nerviosas.

La notoriedad que fueron adquiriendo estas bebidas dio lugar a que en 1.783, un joven científico amateur, Jean Jacob Schweppe, perfeccionara las ideas de Priestley y Lavoisier para desarrollar su fabricación industrial y, más tarde, elaborar una bebida carbonatada con sabor y con quinina conocida como “tónica”.
Se consiguió producir bebidas refrescantes de gran calidad. De hecho, en algunos hospitales se distribuían gratuitamente a pacientes sin recursos. Con el tiempo, la demanda de sus bebidas se amplió a las personas que podían comprarlas.

Para más información entra en www.refrescantes.es/historia/

VALORACIÓN NUTRICIONAL

La industria de las bebidas refrescantes ofrece al consumidor bebidas de gran calidad y saludables, que se integran perfectamente en el contexto de una alimentación variada y equilibrada.

Hidratación

La reposición de líquidos mediante el consumo de bebidas es esencial. Las bebidas refrescantes ayudan a mantener una buena hidratación ya que todas ellas están compuestas por, al menos, un 90% de agua. Por eso, recientemente la EFSA, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, ha incluido a las bebidas refrescantes dentro del “grupo de alimentos con un papel importante en la dieta europea” por su capacidad de “hidratación”.
Además, diversos estudios han demostrado que el sabor y la variedad de bebidas hace más fácil beber lo necesario. Entre los últimos, en España destaca el realizado por la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) y publicado recientemente, que concluye que los individuos que tienen variedad de bebidas a su disposición consumen un 50% más de líquidos, disminuyendo el riesgo de deshidratación. Según estos investigadores, el sabor de las bebidas también hace más fácil beber, ya que incrementa en un 32% la ingesta de líquido.

Sabor

El comer y el beber son necesidades fisiológicas y momentos de placer. Está demostrado que el sabor es un elemento fundamental, ya que la ingesta de alimentos y líquidos no se hace sólo para cubrir las necesidades de nutrientes sino, además, por el placer de disfrutar de un buen sabor.

La oferta de bebidas refrescantes es enorme. Cada persona puede encontrar una bebida refrescante para cada momento, situación, necesidad o en función de su estilo de vida o de sus gustos. Los hay con o sin azúcar, con o sin gas, con o sin cafeína, para deportistas, de distintos sabores como cola, naranja, limón, té, lima-limón, piña, manzana, melocotón, bitter, tónica, gaseosa, etc.

CÓMO LLEGA A NUESTRA MESA

El agua mineral natural es un agua sana desde su origen, un producto natural que se envasa a pie de manantial. Por ello, y gracias a la calidad de sus envases, que podemos encontrar en diferentes tamaños y formatos, y a la labor del sector de las aguas envasadas, llega al consumidor intacta, sin haber sido sometida a ningún tratamiento químico de desinfección para su consumo. Esto garantiza que podamos consumirla en cualquier momento y lugar con las mismas propiedades que tiene en la Naturaleza.