Dar vueltas en la cama, mirar al techo, oír ruidos, ver pasar las horas… Estas situaciones son muy comunes en la población general, y es que el estrés, la ansiedad, las preocupaciones familiares o los problemas del trabajo pueden hacer que tengas dificultades para conciliar el sueño. Pero también hay un factor importante que a veces pasa desapercibido: la alimentación.
El sueño es fundamental, no solo porque elimina la sensación de cansancio, sino también porque restablece la energía celular, el sistema nervioso y mejora los procesos de aprendizaje. Para conseguir un sueño reparador y mejorar la calidad de tu descanso puedes seguir estas pautas:- Horarios y rutinas: Aunque no lo creas, el sueño puede entrenarse. Una buena organización conseguirá sacar el máximo provecho a tus horas de descanso. Establece una hora fija para acostarte y levantarte, de modo que dediques 7 u 8 horas a esta actividad.
- Elige una buena zona de descanso: La habitación donde duermas tiene que ser un oasis de tranquilidad y silencio. Pero no solo eso, debe tener una temperatura correcta (18o aprox.) y oscuridad que facilite el sueño.
- Haz ejercicio: La actividad física ayuda a tu cuerpo a prepararse para el descanso. No hace falta que hagas una maratón, basta con caminar rápido, correr o nadar. De esta manera tu cuerpo estará cansado y conseguirás dormirte antes.
- Presta atención a tu cena: Para conseguir un sueño de calidad no es recomendable ingerir grandes cantidades de comidas al menos tres horas antes de irte a la cama.