Los aditivos alimenticios son sustancias que se añaden intencionadamente a los alimentos y las bebidas, con el fin de obtener un beneficio; modificar las características organolépticas (sabor, olor…) o físicas, para mejorar el proceso de elaboración, para mejorar la conservación o mejorar su adaptación al uso a que van destinados.

Algunos aditivos son naturales y otros son sintéticos. Los aditivos alimentarios son un recurso más de la tecnología alimentaria y algunos son imprescindibles para determinados productos que de otra forma no podrían obtenerse.

La legislación Española regula la adición de aditivos en los alimentos, teniendo en cuenta los requisitos de la protección de la salud humana, de acuerdo con el artículo 40, apartado 4, de la Ley 14/1986 de 25 de abril, General de Sanidad. Incorporando a nuestra legislación las directivas europeas que establecen las listas positivas de aditivos.

El organismo que, en la actualidad, autoriza el uso de los aditivos y por lo tanto se encarga de elaborar las listas positivas en Europa es la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) mediante el Panel Científico sobre Aditivos Alimentarios, Potenciadores del Sabor, Adyuvantes Tecnológicos y Materiales en Contacto con los Alimentos. Estos aditivos han de someterse a una valoración científica rigurosa y completa para garantizar su seguridad, basada en estudios toxicológicos y pruebas efectuadas en humanos y animales.

La AESA (Agencia Española de Seguridad Alimentaría) denuncia la falsedad de ciertas listas de aditivos alimentarios que circulan entre los consumidores, que afirman que ciertos aditivos son perjudiciales. Muchos de estos aditivos nombrados son realmente sustancias que están presentes de forma natural en muchos alimentos, que no se corresponden realmente con ningún aditivo que exista o fueron prohibidos en su día y actualmente no están autorizados en España ni en ningún otro Estado miembro de la Unión Europea.

La propia Agencia Española de Seguridad Alimentaría considera “que no existe motivo de inquietud derivado del empleo de aditivos en la Industria Alimentaria española y sería aconsejable que los consumidores no tuvieran en cuenta las informaciones sobre este tema que no estén avaladas por esta Agencia.”