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Seguridad Alimentaria

¿En qué se diferencia una lejía convencional de una lejía de uso alimentario?

La lejía es el nombre que se le da al hipoclorito de sodio o hipoclorito sódico, que es un compuesto químico cuya fórmula es NaClO. Por encontrarse el cloro en estado de oxidación +1, se trata de un fuerte oxidante que se utiliza por tanto, como blanqueante y también, se aprovechan sus propiedades desinfectantes. Su síntesis es la siguiente:

          2 NaOH + Cl2 _ NaClO + NaCl + H2O

El hipoclorito de sodio es un sólido blanco que se descompone fácilmente en el agua liberando oxígeno y cloro. Por eso es usado generalmente disuelto en agua en varias concentraciones. Las soluciones de hipoclorito de sodio son transparentes, de color amarillo-verdoso y huelen a cloro.

Según el Real Decreto 349/1993, de 5 de marzo, por el que se modifica la reglamentación técnico-sanitaria de Lejías aprobada por el Real Decreto 3360/1983, de 30 de noviembre, define Lejía como ‘las soluciones de hipoclorito alcalino, tal y como se producen por la industria, incluyan o no los aditivos necesarios para su puesta en el mercado, siendo su contenido en cloro activo no inferior a 35 gramos por litro ni superior a 100 gramos por litro’.

El artículo 3 de dicho reglamento clasifica las lejías en función de su contenido en cloro activo en:

  1. Lejía: es aquella cuyo contenido en cloro activo no es inferior a 35 gramos por litro ni superior a 60 gramos por litro y tiene una alcalinidad total máxima, expresada en óxido de sodio (ONa2), del 0,9 por 100 en peso.
  2. Lejía concentrada: es aquella cuyo contenido en cloro activo no es inferior a 60 gramos por litro ni superior a 100 gramos por litro y tiene una alcalinidad total máxima, expresada en óxido de sodio (ONa2), del 1,8 por 100 en peso.

 

Las lejías de uso convencional, se usan principalmente como agentes blanqueadores o desinfectantes de, entre otros, agua potable, sistemas de purificación de aguas residuales y piscinas, etc.

A diferencia de las lejías de uso convencional, las lejías de uso alimentario, recomendadas como su nombre indica para desinfectar alimentos como frutas y hortalizas, están destinadas a eliminar las bacterias (por ejemplo Enterobacterias, Escherichia coli y también Salmonella) que más frecuentemente contaminan a los alimentos. La composición de estas lejías está comprendida entre 20 y 110 gramos de hipoclorito de sodio por litro, obtenido a partir de materias primas de pureza farmacéutica, mediante un exclusivo proceso de producción y bajo estrictos controles de calidad. Estas lejías están exentas de detergentes y de cualquier otra sustancia tóxica, aunque esto debe siempre verificarse antes de su compra, mediante una atenta lectura de la etiqueta. También se debe comprobar la concentración de cloro de la lejía, según la cual variará el número de gotas que hay que añadir a cada litro de agua. Estas lejías poseen un gran poder desinfectante y se pueden encontrar en el mercado como lejías diluidas y concentradas, según que el contenido de cloro activo se encuentre por debajo o por encima de 57 gramos por litro.