Preparación:

1. Lo primero que debes hacer es limpiar las alcachofas. Para ello debes retirar las hojas exteriores hasta que tan solo quede el corazón, que es la parte más tierna de la alcachofa. Rocíalas con el zumo de limón para que no se oxiden.
2. Después de limpiarlas, las ponemos a hervir en una olla con agua y sal hasta que estén tiernas. Una vez hayan pasado 20 minutos, las retiramos del fuego.
3. Las sacamos de la olla y las secamos con papel de cocina.
4. Sazonamos las alcachofas y vertemos sobre ellas la miel.
5. En una sartén con aceite caliente, añadimos las alcachofas y dejamos que se frían hasta que estén doradas.
   1. Una vez fritas, las ponemos en un plato con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.

La alcachofa es rica en vitaminas A y C, dos vitaminas que contribuyen a proteger nuestras células frente al estrés oxidativo. Además, las alcachofas son un vegetal de primavera y su contenido calórico es relativamente bajo, por lo que es ideal para crear platos ligeros.  En ese caso también quedan estupendas y sabrosas si se cocinan al horno en vez de en la sartén.