Determinados estudios recientes afirman que la dieta puede jugar un papel importante en la artritis reumatoide RA, en particular en el alivio de los síntomas de la enfermedad, combatiendo los efectos secundarios de la terapia y reduciendo el riesgo de complicaciones. El llevar una dieta variada y equilibrada, basada en las características básicas de la dieta mediterránea se relaciona con la reducción de la actividad de la enfermedad y una mejora de la función física y la vitalidad. También parece tener efectos muy positivos el tipo de ácidos grasos de nuestra dieta, según determinados estudios se ha visto una correlación muy positiva entre el elevado consumo de ácidos grasos _-3 y la mejora de los síntomas y en ocasiones la reducción del uso de fármacos para el tratamiento de la enfermedad. Estos ácidos grasos _-3 se encuentran en alta proporción, en pescados (pescados grasos principalmente), frutos secos y alimentos enriquecidos (como determinados lácteos, entre otros).

Otros estudios también muy recientes indican que los compuestos denominados carotenoides, responsables del color naranja, rojo o amarillo de ciertas frutas y verduras, pueden reducir los procesos inflamatorios gracias a su acción antioxidante. Estos compuestos los podemos encontrar principalmente en alimentos como la naranja, la papaya, el maíz, la mandarina, el melón y las espinacas.

Otras recomendaciones muy importantes sobre esta enfermedad, son la disminución del peso corporal si existiese sobrepeso u obesidad, ya que a más peso más tensión deben soportan las articulaciones, especialmente de las rodillas, caderas, espalda y pies. También es importante eliminar el tabaco, fumar puede reducir la masa muscular, conducir a la osteoporosis, a un mayor riesgo de fracturas y aumentar el riesgo de complicaciones de persas formas de artritis.

La artritis reumatoide es una enfermedad que debe seguirse de cerca por un médico especializado en estos temas, que recomiende al paciente una dieta, tipo de ejercicio y tratamiento farmacológico adecuado.