Un paciente con enfermedad coronaria y nivel de colesterol elevado en sangre, debe llevar una dieta específica para completar su tratamiento. A continuación citamos las recomendaciones generales para este caso.

• Si existen patologías asociadas a la enfermedad coronaria (diabetes, hipertensión), es necesario tratarlas previamente. Por ejemplo, en el caso de ser hipertenso, se debe llevar una dieta baja en sodio (sal).

• Es importante mantenerse en el peso ideal (calculado específicamente para cada persona), evitando el sobrepeso.

• La dieta tiene que ser alta en hidratos de carbono complejos (pan, pasta, patatas, cereales y legumbres).

• La cantidad en grasa debe ser baja, con elevada proporción de grasa insaturada (monoinsaturada y poliinsaturada) y baja de saturada. Para ello se deben limitar los embutidos, carnes grasas, mantequillas, margarinas y bollería industrial e incrementar el consumo de las carnes magras (pollo, conejo, pavo, etc.).

  La grasa poliinsaturada más cardiosaludable es la procedente de los pescados (ácidos grasos w-3), por esto hay que elevar su ingesta. Además conviene consumir aceite de oliva virgen para cocinar y aliñar, por su alto contenido en ácido graso oleico (monoinsaturado).

• El consumo diario de frutas y verduras es necesario por su contenido en fibra, vitaminas y antioxidantes con efectos beneficiosos en la enfermedad cardiovascular. Otra fuente importante de fibra son los cereales integrales.

• Se recomienda consumir frutos secos, especialmente nueces, al menos 30 g dos días por semana, por su aporte en acidos grasos poliimsaturados, monoinsaturados y antioxidantes.

• El consumo habitual de soja ayuda a disminuir los niveles de colesterol en sangre y mejorar el perfil lipídico.

• Se puede tomar alcohol moderadamente (una copa de vino al día en las comidas), no podrán tomarlo las personas con hipertensión arterial y/o hipertrigliceridemia.

• Por último, decir que es importante realizar diariamente ejercicio moderado (30 minutos caminado).