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Nutrición, Actividad Física y Salud

¿Es verdad que las dietas hiperproteicas están dando mejores resultados para bajar peso que las hipocalóricas y sin efectos secundarios?

 

No es verdad, aquí se incluyen aquellas que prometen resultados rápidos sólo si se comen alimentos ricos en proteínas y suprimen o limitan al máximo los alimentos ricos en hidratos de carbono, tales como los cereales y derivados (arroz, pasta, pan), las patatas, las legumbres, las verduras y hortalizas y las frutas.

Los expertos en nutrición coinciden en afirmar que un aporte excesivo de proteínas e insuficiente de hidratos de carbono favorece la descalcificación ósea y puede ocasionar daños renales. Pero también pueden causar fatiga y mareo por falta de hidratos de carbono, ya que la glucosa, un sustrato deficiente en estas dietas, es la fuente de energía preferida por el organismo. Además, conducen a una gran pérdida de líquido y electrolitos lo que favorece la deshidratación, y se elevan los niveles de colesterol y triglicéridos, factores de riesgo cardiovascular.

 

Si la persona tiene hiperuricemia (niveles elevados de ácido úrico), ésta se agrava o incluso puede sufrir un ataque de gota. A corto y medio plazo se pierde proteína muscular e incluso proteína visceral puesto que el organismo la emplea como fuente de energía.

Con el tiempo, la falta de hidratos de carbono produce un exceso de acetona y otros cuerpos cetónicos en el organismo (cetosis) ya que el organismo se adapta a la situación y utiliza las grasas como sustrato energético, con el fin de preservar la degradación de proteína muscular y visceral. La cetosis conduce a la pérdida del apetito y náuseas, otra manera en que los seguidores de las dietas hiperproteicas logran perder peso con rapidez. Es característico un aliento y una orina con olor pronunciado debido a que se eliminan por estas vías pequeñas cantidades de acetona. El exceso de producción de cuerpos cetónicos produciría un aumento de la acidez orgánica, por lo que el riñón rápidamente comienza a producir iones amonio para neutralizarla. Si no se diese esta reacción, se podría originar una cetoacidosis grave, acompañada de grandes pérdidas de sodio y potasio, con consecuencias cardiacas serias e incluso mortales.

La inocuidad del ciclamato ha sido confirmada y se ha demostrado que su consumo no pone en riesgo la seguridad y salud del consumidor en las dosis adecuadas. Prueba de ello es que el uso del ciclamato está aprobado por la JECFA (Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios de la FAO/OMS) (1982) y por el Comité Científico para Alimentación (SCF) de la Unión Europea, el cual forma parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

En la Unión Europea está permitido su uso, y sus condiciones de utilización se encuentran reguladas por medio de la Directiva 94/35/CEE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de junio de 1994, relativa a los Edulcorantes utilizados en los productos alimenticios. Dicha legislación europea tiene su transposición española en el Real Decreto 2002/1995, de 7 de diciembre, por el que se aprueba la lista positiva de aditivos edulcorantes autorizados para su uso en la elaboración de productos alimenticios, así como sus condiciones de utilización. Asímismo están establecidas las características que debe tener, según el Real Decreto 1116/1999, de 25 de junio, por el que se modifica el Real Decreto 2106/1996, de 20 de septiembre, por el que se establecen las normas de identidad y pureza de los edulcorantes utilizados en los productos alimenticios.

De acuerdo a la legislación, el ciclamato tiene un amplio abanico de aplicaciones en alimentos y bebidas, particularmente en combinación con otros edulcorantes bajos en calorías. Se usa normalmente en las siguientes categorías de productos: edulcorantes de mesa, bebidas instantáneas, bebidas refrescantes, batidos, té frío, entre otros.

Finalmente, indicar que todos los aditivos alimentarios están en permanente y continua revisión por parte de las autoridades europeas competentes, en cumplimiento de lo establecido en la legislación comunitaria.