La lecitina es un fosfolípido, es decir, una mezcla compleja de grasas, ácidos grasos esenciales, fósforo y dos vitaminas del grupo B, colina e inositol. En el organismo, los fosfolípidos ayudan a mantener en suspensión el colesterol sanguíneo e impiden que se deposite en las paredes arteriales y venosas. Debido a estas acciones biológicas, la industria alimentaria y farmaceútica ha fabricado alimentos y complementos alimenticios enriquecidos en lecitina con fines saludables e, incluso, terapeúticos. Sin embargo, el panel de expertos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, en base a la revisión realizada concluyó que no existía sufieciente evidencia científica para poder justificar la relación entre el consumo de lecitina de soja y el mantenimiento de los niveles de colesterol en sangre. Por el momento se considera que la lecitina de soja puede servir en la prevención pero no como terapeútico.