El yogur se considera alimentación complementaria o beikost, que es fundamental en la vida de un niño a partir del año de edad. Se trata de un alimento necesario para cubrir las necesidades básicas de un niño de esa edad, ya que estamos en una etapa de crecimiento y desarrollo espectacular y la alimentación en esta etapa es fundamental completar la lactancia con otros alimentos, para evitar carencias.

Hasta esta edad, se produce el desarrollo de aparato digestivo, aumento de la capacidad del estómago, de la secreción pancreática, de la capacidad de digestión y absorción de nutrientes complejos y también la maduración de la función renal.

Puesto que el intestino está todavía inmaduro, hasta el año no es recomendable darle yogur ya que es un alimento prebiótico (debido a que la fermentación de la leche produce cambios en sus componentes y a la adición de sustancias nuevas producidas durante esta fermentación, como el ácido láctico y los péptidos, que ayudan y modulan el equilibrio de la flora intestinal) y hemos de asegurarnos que el intestino no está inmaduro para la llegada del nuevo alimento.

En resumen, el yogur es un lácteo muy importante en la alimentación del niño ya que le ayuda a reforzar sus reservas de calcio tan importantes en esta etapa de crecimiento óseo.