Teniendo en cuenta los datos del sexo, edad, estatura, peso, y considerando una actividad física ligera, el gasto energético total en un día estaría alrededor de unas 3000 kilocalorías. Por lo tanto una dieta de 2000 – 2500 kilocalorías, sería adecuada para perder progresivamente peso. Siempre acompañándolo de la realización de ejercicio moderado de tipo aeróbico: andar, correr, bicicleta, aeróbic, etc., de forma habitual con sesiones de al menos 30 minutos al día. Además de llevar una vida activa y no sedentaria, cambiando los hábitos: subiendo las escaleras y no usando el ascensor, no utilizando el coche para desplazamientos cortos, etc.

En una dieta baja en calofrías y equilibrada se recomienda:

• No eliminar alimentos de ningún grupo.

• Realizar al menos, de cuatro o cinco comidas al día.

• Consumir preferentemente verduras, frutas, cereales, legumbres, tubérculos y lácteos.

• Sustituir productos lácteos enteros por desnatados enriquecidos con vitaminas A y D. Las recomendaciones de lácteos son de 2 a 4 raciones/día. Los alimentos funcionales pueden ayudar a la disminución del peso siempre y cuando la dieta sea equilibrada y adecuada en energía, y la práctica ejercicio físico se realice de forma habitual.

• Aumentar los productos con alto contenido en fibra (verduras, cereales integrales…).

• Evitar el abuso de alimentos ricos en grasas (especialmente las de origen animal, los embutidos, mantequillas, margarinas y la bollería industrial) y limitar los productos altamente calóricos (bollería, pasteles, chocolates, barritas energéticas, snacks, alcohol, azúcar, miel, helados, refrescos, zumos de frutas comerciales), sustituyéndolos por otros bajos en energía (encurtidos, hortalizas, infusiones, edulcorantes acalóricos).

• Tomar abundante agua (2-3 litros día).

• Añadir un máximo de 30 g/día de aceite para cocinar y aliñar, preferentemente de aceite de oliva, sustituyendo frituras, guisos y comidas con salsas por elaboraciones al vapor, plancha o cocción.