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unidad de los ácidos grasos omega 3 en la enfermedad renal crónica

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Rosa García Alcón

Rosa García Alcón es Diplomada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente trabaja como responsable del Gabinete de Nutrición de la Asociación madrileńa para la lucha de las enfermedades renales (Alcer Madrid) y como Secretaria de la Sociedad Espańola de Dietética y Ciencias de la Alimentación. Colabora en el Máster en Alimentación, Nutrición y Salud Comunitaria del Instituto de Postgrado de Estudios de Medicina y Salud e imparte numerosas charlas y ponencias sobre nutrición y alimentación

Utilidad de los ácidos grasos omega 3 en la enfermedad renal crónica

En la década de los 70 del siglo pasado se descubrieron los efectos beneficiosos derivados del consumo de ácidos grasos Omega 3 al comprobar que la baja prevalencia de enfermedades cardiovasculares entre los esquimales se debía a una dieta rica en pescados grasos. A este descubrimiento le han seguido infinidad de estudios y ensayos clínicos para comprobar la eficacia de estos supuestos beneficios, centrándose fundamentalmente en las enfermedades cardiovasculares e inflamatorias. También han suscitado interés los posibles efectos de los ácidos grasos Omega 3 en la Enfermedad Renal Crónica (ERC).

Los ácidos grasos forman parte de los lípidos; nuestro organismo puede sintetizarlos en la cantidad requerida, salvo el ácido linoléico y el ácido α-linolénico (ambos reciben el nombre de ácidos grasos esenciales). Su importancia biológica viene dada por la actividad fisiológica de sus derivados: del ácido linoléico provienen los Omega 6, siendo el ácido araquidónico (AA) uno de los principales; mientras que del ácido α-linolénico derivan los Omega 3 con el ácido eicosapentanoico (EPA) como más destacado. A su vez, de estos ácidos grasos resultan los eicosanoides (prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos).
Los eicosanoides derivados de los Omega 6 potencian la respuesta inflamatoria e inmune y son proagregantes plaquetarios, mientras que los derivados de los Omega 3 tienen menor actividad biológica y mantienen la actividad vasodilatadora.
La Enfermedad Renal Crónica es un proceso irreversible provocado por una disminución en el número y en la función de las nefronas. Esta alteración produce una pérdida gradual de las funciones propias del riñón.

El riñón es productor de prostaglandinas, que se sintetizan, fundamentalmente, en las células epiteliales de las arteriolas, en las células mesangiales y yuxtaglomerulares y en las células de la rama gruesa ascendente del asa de Henle. En condiciones normales, el papel de las prostaglandinas es poco relevante para el riñón, pero cuando la perfusión renal se ve comprometida –como ocurre en la isquemia, en la deshidratación, en la enfermedad renal o en el riñón senil– las prostaglandinas adquieren importancia para activar los mecanismos hemodinámicos compensatorios.

Las prostaglandinas derivadas del EPA (Omega 3) mantienen una acción vasodilatadora, modulan la acción de la angiotensina y la actividad fagocícita de las células mesangiales, mejoran el flujo sanguíneo renal y, por tanto, pueden disminuir el daño renal.
Por otra parte, la dislipemia está presente desde los primeros estadios de la enfermedad renal y condiciona la progresión de la afectación renal; a su vez este hecho favorece la aparición de Enfermedades Cardiovasculares (ECV).

Las características generales de esta dislipemia en los pacientes renales son:

  • Un aumento de las lipoproteínas más aterogénicas: VLDL, IDL, LDL.
  • Una disminución de las lipoproteínas HDL.
  • Un aumento de los triglicéridos, por alteración de la lipoproteína lipasa (LPL).

La hipertrigliceridemia es uno de los rasgos más característicos de la dislipemia en la ERC y constituye un factor de riesgo independiente por su capacidad aterogénica. Los ácidos grasos Omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias y efectos hipolipemiantes: en concreto disminuyen la concentración plasmática de triglicéridos (TGA) hasta un 30% a través de los siguientes mecanismos:

  • Inhiben la forma activa de las SREBPs (Sterol Regulatory Element Binding Proteins).
  • Actúan como agonistas de los receptores PPAR (Receptor Activador de los Proliferadores de Peroxisomas).
  • Activan la función de PPAR/RXR, que aumenta el catabolismo de los triglicéridos.
  • Inhiben la expresión de las SREBP-1c, que reduce la biosíntesis de los triglicéricos y la expresión y actividad de las A5 y A6 desaturadas.

La síntesis de los eicosanoides derivados del ácido α-linolénico es un proceso biológico lento que se ve limitado por la edad y por algunas enfermedades, como sucede en la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, muy relacionadas con la Enfermedad Renal.

Algunos de los efectos beneficiosos que se atribuyen a los ácidos grasos Omega 3 respecto a la ERC son:

  • Sobre la Hipertensión Arterial: la mayoría de los estudios realizados indican que los Omega 3 pueden reducir la tensión arterial de forma dosis-dependiente y la evidencia de su eficacia es alta.
  • Hipertrigliceridemia: igualmente dosis-dependiente, los omegas 3 pueden reducir hasta en un 30% la concentración plasmática de TAG.
  • Coagulación: se reduce la agregación plaquetaria al disminuir la producción de TXA2, manteniéndose la de PGI3 que es antiagregante. La evidencia es alta.
  • Ateroesclerosis: el efecto sobre los TGA reduce el riesgo de desarrollo de la placa de ateroma, y su efecto antiinflamatorio mejora la función endotelial. Los estudios indican una evidencia moderada/alta.
  • En la glomerulonefritis crónica, un tipo de enfermedad renal relacionada con el sistema inmune (nefropatía por IgA), se reduce la proteinuria, pudiendo influir en la progresión de la enfermedad. No obstante, la evidencia de los estudios es moderada.
  • Previene las trombosis de las fístulas de acceso vascular, muy habituales en la hemodiálisis. La evidencia es alta.
  • Los derivados de los Omega 3 disminuyen la síntesis de TNF-α e IL-1, por competición con los derivados del AA. Las citoquinas juegan un papel fundamental en la respuesta inmune que desemboca en el rechazo agudo tras el trasplante renal (LTB5 versus LTB4).
  • En algunas insuficiencias renales crónicas, como el lupus eritematoso sistémico, la producción de TXA2 está aumentada. El consumo de ácidos grasos Omega 3 puede aumentar la síntesis del tromboxano de la serie 3, biológicamente menos activo.

El ácido linoleico es el ácido graso poliinsaturado más abundante en la dieta. Por tanto, los derivados de la serie Omega 6 están en una concentración relativamente mayor que los Omega 3 en la mayoría de los tejidos corporales. En la dieta de la sociedad occidental el consumo de ácido linoleico es 20 a 25 veces mayor que el de ácido α-linolénico, lo que unido al exceso de consumo de ácidos grasos saturados –también propio de la dieta occidental– provoca un aumento de los factores de riesgo en las enfermedades inflamatorias.

El aceite de hígado de bacalao tiene una alta concentración de ácidos grasos Omega 3 y es utilizado habitualmente como suplemento en forma de cápsulas ó perlas. Los alimentos más ricos en Omega 3 son el pescado graso (salmón, sardina, caballa, atún), las nueces, el aceite de colza y de soja y la soja fresca. Sin embargo, la mayoría de los alimentos ricos en Omega 3 también son fuente de fósforo y potasio, minerales cuyo consumo está restringido en la dieta de los pacientes renales, con lo que nos encontramos con el dilema de que, para asegurar la ingesta de los ácidos grasos Omega 3, podemos sobrepasar lo recomendado para los minerales citados. Si tenemos en cuenta los potenciales efectos beneficiosos de estos ácidos grasos en la ERC, podemos concluir que no conviene restringir el consumo de estos alimentos, particularmente del pescado graso que, además, aporta proteínas de alto valor biológico y vitaminas D y B12.

Para pacientes en diálisis, la Ingesta Adecuada (AI) de ácido α-linolénico recomendada por la Guía de Práctica Clínica KDQI de la National Kidney Foundation es de 1,6 g/día para hombres y 1,1 g/día para mujeres, cantidad que puede obtenerse con el consumo de dos raciones semanales de pescado graso.