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REVISIÓN CIENTÍFICA DE LAS DIETAS MILAGRO

Los expertos opinan

Irma Domínguez Azpiroz

 

Irma Domínguez trabaja como Coordinadora Académica y profesora de Máster y cursos de postgrado del Área de Salud y Nutrición de la Fundación Universitaria Iberoamericana (FUNIBER). Es Diplomada en Nutrición Humana y Dietética y posee el Máster Internacional en Nutrición y Dietética. Además, es asesora-colaboradora del Programa de Elaboración de Dietas NutrIber (Editores: Mataix Verdú, J. y García Diz, L.) y de TCAM (desarrollo informático de las Tablas de Composición de los Alimentos del Dr. Mataix).

Revisión científica de las dietas milagro

Intoducción
Periódicamente, sobretodo unos meses antes del verano, aparecen en el mercado a través de los medios de comunicación (televisión, revistas…) nuevas dietas de adelgazamiento, la gran mayoría sin ningún tipo de aval científico. La atracción de este tipo de dietas suele ser la promesa de un adelgazamiento rápido y fácil, sin esfuerzo, omitiendo las consecuencias que pueden conllevar por un déficit de nutrientes esenciales dando lugar a problemas de salud; y, al abandonarlas es habitual recuperar el peso perdido e incluso engordar más kilos de los perdidos.

Las dietas milagro son aquellas que se caracterizan por prometer una rápida pérdida de peso sin apenas esfuerzo (más de 5 kg/mes), inducir a una restricción calórica muy severa y camuflada, por suponer una monotonía alimentaria importante (por lo tanto suelen ser dietas difíciles de mantener en el tiempo) y por anunciarse completamente seguras, sin riesgo para la salud.

Este tipo de dietas, prescritas por personas ajenas a la nutrición, constituyen un riesgo para la salud y entre sus consecuencias destacan:

  • No cubren las necesidades nutricionales por no ser equilibradas. En su mayoría, suelen conducir a déficits de vitaminas y en minerales, por la falta de variedad y cantidad de alimentos.
  • Al disminuir el aporte energético (semiayuno), el organismo compensa la falta de energía recibida con un aumento de la destrucción de las proteínas corporales (como fuente alternativa de energía), por lo tanto, tendrá lugar una pérdida de masa muscular y también la formación de cuerpos cetónicos (peligrosos para el organismo cuando su formación se prolonga en el tiempo).
  • Pueden conllevar a trastornos del comportamiento alimentario (anorexia y bulimia), a veces de mayor gravedad que el exceso de peso inicial.
  • Además de no conseguir cambiar los malos hábitos alimentarios, suelen acentuar los errores.
  • Favorecen el efecto “rebote” o “yo-yo”.
  • Producen efectos psicológicos negativos.

¿Por qué se siguen las dietas milagro?
Los motivos por los que la población prefiere una dieta de este tipo antes que una dieta hipocalórica equilibrada (combinada con ejercicio) son variados, por ejemplo:

  • Ofrecen soluciones de forma inmediata y sin esfuerzo.
  • Consiguen pérdidas de peso importantes las primeras semanas, pero debido a la pérdida de tejido muscular que es muy rico en agua, con lo que se elimina mucho líquido en la primera fase. La persona confunde esta pérdida de masa muscular y cree que la dieta que realiza es exitosa.
  • En muchas ocasiones, están promocionadas por personajes famosos, factor que atrae a parte de la población.
  • También, existe la creencia de que la pérdida de peso se consigue únicamente con presuntos productos adelgazantes; y, en muchas ocasiones, las dietas milagro se acompañan de éstos.

Efecto rebote o efecto yo-yo
Uno de los efectos típicos de estas dietas es que una vez se abandonan, favorecen un aumento de peso muy rápido, llegando incluso a aumentar el peso inicial, este es el denominado efecto rebote o efecto yo-yo.

Con las dietas milagro cuyo seguimiento no suele superar las dos semanas, se pierde peso y volumen a expensas de glucógeno, proteínas, agua y minerales y no de grasa (responsable del sobrepeso y de la obesidad). Además, la recuperación del peso que se produce después se lleva a cabo mayoritariamente en forma de grasa.

Clasificación de las dietas milagro
De forma general, podemos clasificar las dietas milagro en:

1. Dietas hipocalóricas desequilibradas: como la Dieta de la Clínica Mayo, la Dieta “toma la mitad” o la Dieta Cero.
2. Dietas disociativas o disociadas: como la Dieta disociada de Hay, la Dieta Montignac, La Antidieta, etc.
3. Dietas excluyentes: se basan en eliminar de la dieta algún nutriente. Pueden ser ricas en hidratos de carbono y sin lípidos y proteínas (como la dieta del Dr. Prittikin, la dieta del Dr. Haas, o la dieta macrobiótica), ricas en proteínas y sin hidratos de carbono (dieta Scardale, dieta de Hollywood) o ricas en grasa (como la dieta del Dr. Atkins, la dieta de Lutz, etc.).
4.Otras dietas:
– Basadas en un solo alimento: como la dieta de la alcachofa, del plátano, de la piña, de la patata.
– Pintorescas: como la dieta del buen humor, la dieta para mejorar la sexualidad, la dieta de Beverly-Hills, la dieta del grupo sanguíneo, la dieta de la luna, la dieta Rastafari, la Cronodieta, etc.

Conclusiones
– No existen estudios que demuestren la efectividad y salubridad de la mayoría de las dietas consideradas milagro.
– Muchas de ellas se basan en creencias no demostradas y en conceptos claramente engañosos para captar la atención del público.
– Muchas de ellas presentan déficits nutricionales importantes.
– Muchas presentan un aporte calórico tan bajo (500-600 kcal/día) que no permiten llevar una actividad diaria normal.
– Recientes estudios parecen demostrar que muy diversos tipos de dietas para bajar de peso tiene la misma efectividad a medio plazo (1 año) y coinciden en que son necesarios estudios a más largo plazo para ver si se mantiene la pérdida de peso a largo plazo.

Como conclusión final, adelgazar no es fácil y para conseguirlo con éxito no sirven los milagros ni los trucos mágicos. Para ello, siempre debe hacerse bajo la supervisión del especialista en nutrición, debidamente cualificado, y con una dieta personalizada que se ajuste a las necesidades energéticas y nutricionales del individuo sin poner en peligro en ningún momento la salud.