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Nutrición y Deporte

Los expertos opinan

Rosa María Ortega Anta

Nutrición y Deporte

La alimentación del deportista ha sido objeto de atención desde la antigüedad, sin embargo el rigor científico en las pautas que se han ido marcando no siempre ha sido el mismo. En la actualidad, el interés por el tema se mantiene, pero desafortunadamente algunos de los errores surgidos hace muchos siglos se mantienen también.

Aunque los deportistas son un colectivo muy heterogéneo por el tipo de actividad practicada (de resistencia, velocidad, fuerza….), duración y frecuencia de los entrenamientos, peculiaridades del atleta (gimnastas de muy bajo peso corporal o grandes baloncestistas/levantadores de peso….) y motivación que lleva a practicar el deporte (mejora de aspecto/salud o éxito deportivo), hay pautas de carácter general que son conocidas por los expertos en nutrición, pero que no han trascendido a la mayoría de los deportistas, ni entrenadores y responsables de la alimentación de estos individuos físicamente activos.

Cuando se practica ejercicio físico de manera habitual es necesario reponer el glucógeno muscular tomando mayores cantidades de hidratos de carbono. Aunque esta realidad es conocida, sin embargo las dietas de todos los deportistas españoles tienen un exceso de proteínas y grasas y un contenido insuficiente de hidratos de carbono.

Se va desterrando la idea de considerar la proteína como base de la alimentación del deportista, pero todavía es excesivo el protagonismo que se concede a este macronutriente. La mayor parte de los mensajes publicitarios de las revistas dirigidas a deportistas transmiten ideas que animan a aumentar el consumo de proteínas o aminoácidos. Es cierto que el deportista debe tomar más proteínas que un individuo sedentario, para conseguir el máximo crecimiento muscular y hacer frente a la destrucción de tejidos que se puede producir por ejercicio intenso. Para población general se aconseja tomar 0.8-1 g/kg/día de proteínas, mientras que para deportistas lo marcado como conveniente es aproximadamente 2 g/kg/día. Aunque esta cantidad de proteínas es el doble de lo marcado en población sedentaria, en poblaciones desarrolladas, como la nuestra, todos tomamos un exceso de proteínas y, en general, cualquier individuo sedentario toma la cantidad de proteínas marcada para un deportista, por lo que no es necesario que el deportista haga esfuerzos adicionales por incrementar la ingesta proteica.

Es importante insistir en este punto para intentar desmitificar la excesiva importancia que se concede a las proteínas, que se convierten para muchos deportistas en el centro de su atención al pensar en alimentación y que toman, además de una alta cantidad de alimentos ricos en proteínas de elevada calidad (carne, lácteos y huevo, principalmente), suplementos de proteínas y aminoácidos.

Por el contrario los alimentos ricos en hidratos de carbono no llegan a cubrir las altas necesidades de la mayor parte de los deportistas, que en función de su gasto energético necesitan que un 55-75% de las kcal de su dieta provengan de carbohidratos.

También es preocupante el detectar algunas deficiencias subclínicas en relación con alguna vitamina / mineral, que no deberían darse en personas preocupadas por su alimentación, disciplinadas para hacer lo más correcto y que toman una cantidad de calorías (alimentos) superior a la mayor parte de la población sedentaria, que no puede permitirse ese consumo sin experimentar incrementos de peso.

Lo ideal sería la existencia de un control rutinario de la situación nutricional del deportista para mejorar la dieta o prescribir suplementos adaptados a las necesidades concretas de cada uno. Pero esto no se hace en general, la dieta no suele ser “optima” y el consumo de suplementos o es nulo, o inadecuado, a las verdaderas necesidades. Con frecuencia se toman cantidades excesivas de algunos nutrientes, mientras que las verdaderas carencias no se corrigen e incluso se agravan por un aporte excesivo de nutrientes / sustancias que compiten con algunos nutrientes (por su absorción / utilización) o aumentan sus necesidades.

Los intereses comerciales hacen que la información que llega al deportista no sea la idónea, es frecuente el mensaje que anima a tomar proteínas, pero la cantidad de verduras, lácteos, cereales… que conviene tomar cada día no queda aclarada. Todos cumplen la pauta de tomar un mínimo de 2 raciones/día de carnes/pescados/huevos, algunos tomán el mínimo de lácteos y frutas (3 y 2 raciones/día, respectivamente), muy pocos toman las 3-6 raciones/día que conviene tomar al día en relación con las verduras y prácticamente ninguno toma las 6-12 raciones/día de cereales/legumbres/frutos secos.

También debemos mencionar que no hay alimentos “buenos” y “malos”, salvo que se tomen en cantidad inadecuada o en un momento inapropiado. Desde el punto de vista del rendimiento y la salud lo importante es conseguir una situación nutricional óptima y mantenerla, las cualidades/entrenamiento de cada deportista harán el resto. Pero desde el punto de vista de la alimentación tenemos que intentar subir un poco el listón de nuestras exigencias para conseguir que la situación nutricional del deportista nunca juegue en contra ni de su rendimiento, ni de su salud (a corto o largo plazo).

Por último mencionar un error muy frecuente en alimentación del deportista que es la de considerar que los campeones tienen que tener una dieta perfecta (que si a ellos les ha funcionado un tipo de alimentación, esta tiene que ser necesariamente buena para todos). Pero un campeón puede serlo en virtud de unas cualidades genéticas excepcionales y un buen entrenamiento, aunque su alimentación sea inadecuada. Un campeón no es necesariamente un experto en nutrición y los alimentos que le parecen correctos a esa persona no son necesariamente los mejores para todos los deportistas de una misma modalidad. La nutrición deportiva tiene que ser valorada como ciencia y sin un estudio riguroso y permanente no hay un buen conocimiento. Por ello, para el futuro es necesario luchar por aumentar el conocimiento y el control en temas de alimentación entre personas que practican cualquier modalidad deportiva.