Mitos y realidades del ácido linoleico conjugado de la dieta
Los expertos opinan
María del Puy Portillo Baquedano
Licenciada en Farmacia en 1986 por la Universidad de Navarra y Doctora en Farmacia en 1989 por la Universidad de Navarra. Estancia postdoctoral en el INSERM U317 en Toulouse. Profesora Titular de la Universidad del País Vasco con el perfil de Nutrición y Dietoterapia. Su investigación en la Universidad se ha centrado en el metabolismo lipídico. Forma parte del comité Editorial de las revistas European Journal of Nutrition y Revista Espańola de Obesidad. Desde 2001, es secretaria científica de la Sociedad Espańola de Nutrición.
Mitos y realidades del ácido linoleico conjugado de la dieta
La capacidad del ácido linoleico conjugado (ALC) de reducir la grasa corporal ha quedado patente en numerosos estudios realizados en animales de experimentación. Los efectos se han puesto de manifiesto con dosis que oscilan entre 0,25 y 2 gramos por cada 100 g de dieta. Al principio se utilizaron mezclas de diferentes isómeros de ALC. Más tarde se empleó cada uno de los dos isómeros mayoritarios, cis-9, trans-11 y trans-10, cis-12, por separado, lo permitió conocer que el isómero responsable de la reducción de grasa corporal es el trans-10, cis-12.
Es importante señalar que no todas las especies son igualmente sensibles a la acción del ALC. Así, los resultados presentados indican que las tres especies de roedores utilizadas pueden ordenarse de la siguiente manera, de mayor a menor sensibilidad: ratón > hamster > rata. En el caso del ratón, y concretamente en ratones C57BL/6J, la reducción de la grasa corporal es muy acusada y, en ocasiones, conduce prácticamente a la desaparición del tejido adiposo (lipodistrofia).
Los estudios llevados a cabo en humanos son más escasos y los resultados no tan concluyentes como los obtenidos en las distintas especies animales estudiadas. A diferencia de los trabajos con roedores, en los que se encuentran reducciones significativas de la grasa corporal en la práctica totalidad de ellos, en el caso de los humanos, en algunos estudios se observa un efecto significativo pero en otros no. Por otra parte, cuando se encuentran efectos significativos, éstos son mucho menos intensos que los observados en roedores.
En los estudios con humanos se han ensayado mezclas de isómeros del ALC de diferente composición, a dosis comprendidas entre 1,4 y 6,8 g/d. La duración más habitual de los tratamientos es de 4 a 13 semanas, aunque existe un estudio de seis meses de duración y otro que valora los efectos al cabo de uno y dos años. Normalmente los estudios incluyen individuos de ambos sexos, que en unas ocasiones presentan un peso corporal normal, en otras sobrepeso y en otras obesidad. En el diseño experimental no se suele definir un patrón de dieta concreto, ni una pauta de ejercicio físico determinada; lo que se suele recomendar a los participantes en el estudio es que no modifiquen sus hábitos de vida. En la mayoría de los casos el número de individuos que participan en el estudio es pequeño.
El análisis de los resultados obtenidos indica que la reducción de la grasa corporal conseguida suele ser de orden del 2-8% a lo largo del período de tratamiento, que no existe un efecto dosis respuesta manifiesto y que todavía no está del todo claro cuál es la duración más adecuada del período de tratamiento.
Las diferencias entre los resultados obtenidos en humanos y en roedores podrían deberse a varias razones. Una de ellas podría ser la diferente susceptibilidad al tratamiento con ALC de las distintas especies. Cabría pensar que quizás el ser humano presente una baja sensibilidad, claramente inferior a la de las distintas especies de roedores.
Otra diferencia es la dosis de ALC empleada. Las dosis utilizadas en humanos, cuando se expresan por kg de peso corporal son mucho más pequeñas que las empleadas en roedores. Si se realiza un cálculo rápido, considerando un peso medio de 70 kg para los individuos, las cantidades del ALC ensayadas en la mayoría de los estudios se sitúan en torno a los 20-90 mg/kg de peso corporal. Por el contrario, si tomamos el ejemplo de un hámster de 120 g, cuya ingesta de alimento es de 5-7 g/día, y de una dieta suplementada con 0,5% de ALC, que es una de las dosis más empleadas en la bibliografía, la ingesta diaria de ALC es del orden de 200-300 mg/kg de peso corporal. Esto significa que para hablar de dosis equivalentes en estudios con humanos y estudios con roedores, un individuo de 70 kg debería ingerir 14-21 g de ALC al día, cantidad que está muy por encima de las habitualmente utilizadas en los protocolos experimentales. Además, en los estudios con humanos se emplean casi siempre mezclas de isómeros, por lo que las cantidades del isómero que posee la capacidad de reducir la grasa corporal, el trans-10, cis-12, son todavía más bajas que las presentadas en el cálculo anterior.
Finalmente, cabe resaltar que la mayoría de los estudios realizados en roedores se han llevado a cabo con animales jóvenes, en etapa de crecimiento, mientras que en los estudios en humanos han participado individuos adultos.