La certificación de productos agroalimentarios
Los expertos opinan
Lluís Serra-Majem
Ingeniero Agrónomo. Trabajó en el departamento de Calidad de Alta Gestión. Fue Técnica del Departamento de Calidad y Medio Ambiente de la Asesoría y Consultoría de Industrias Cárnicas, AYCIC. Ha sido coordinadora del Departamento Técnico de Certificación de la Entidad Certificadora de Alimentos de Espańa, ECAL. Y desde 2001, es Directora Técnico de Certifood: responsable del Sistema de la Calidad interno conforme a las normas UNE-EN 45011 y 45012; desarrollo e implantación de sistemas de certificación de productos; auditor jefe para inspección y certificación de productos; formador interno y externo y auditor interno.
La certificación de productos agroalimentarios
La certificación de productos agroalimentarios se ha convertido, como consecuencia de la creciente exigencia de los mercados en relación a la calidad y seguridad alimentaria, en una herramienta básica de garantía, que además aporta valor añadido a los productos agroalimentarios. En la actualidad, los alimentos amparados por una certificación de calidad no solo se han convertido en una herramienta diferenciadora para los productores o fabricantes, sino en un objetivo perseguido cada vez con mayor frecuencia por los consumidores que buscan productos con una garantía de calidad diferenciada. Por ello, la industria alimentaria está incorporando la certificación de alimentos en sus políticas y estrategias internas, para proporcionar un valor añadido al producto y garantizar al consumidor el cumplimiento continuado de unos niveles mínimos de calidad preestablecidos en un documento de referencia.
Los alimentos certificados garantizan a los consumidores el cumplimiento de unas determinadas características de calidad, por encima de los requisitos mínimos establecidos por la legislación aplicable. Estos requisitos de calidad de los productos certificados pueden estar relacionados con diferentes aspectos: materias primas utilizadas, zonas de producción, características del producto terminado, condiciones de los procesos productivos, sistemas de control aplicados, etc. Los alimentos certificados suelen asociarse a distintivos o marcas de calidad que identifican y diferencian los productos.
La certificación de productos consiste en una serie de acciones desarrolladas por una entidad externa, que actúa por tercera parte, para evaluar la conformidad de un producto, proceso o servicio con los requisitos definidos. Los sistemas de certificación implican la implantación de sistemas de autocontrol rigurosos por parte de productores y fabricantes que aseguren que los productos elaborados responden a los requisitos establecidos. La certificación es desarrollada por entidades de control independientes que verifican que el producto cumple las características de calidad recogidas en un reglamento o norma que regula la marca que ampara el producto certificado.
Las entidades de certificación desarrollan sistemas de certificación de productos agroalimentarios basados en actividades de auditoría e inspección de instalaciones, procesos productivos, sistemas de control, etc., así como en la realización de análisis sobre productos, materias primas, etc.
Las certificadoras aplican sus sistemas de certificación asegurando la imparcialidad y la competencia técnica adecuadas. Por ello, las entidades de certificación de producto cumplen la norma EN 45011, y ENAC, Entidad Nacional de Acreditación, se encarga de evaluar la competencia técnica de las entidades, así como su adecuación a los requisitos de la norma mencionada, para la certificación de los diferentes productos o esquemas.
La certificación de productos se diferencia de la certificación de sistemas de gestión (por ejemplo las normas de la serie ISO 9000) en que se aplica directamente al producto y al proceso productivo, garantizando el cumplimiento de unos requisitos de calidad, y no en los sistemas de gestión de la empresa.
Existen diferentes tipos de marcas que amparan alimentos certificados. Entre ellas se encuentran:
Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) e Identificaciones Geográficas Protegidas (I.G.P.), reguladas por el Reglamento CE 2081/92. La diferenciación de los productos acogidos a estas marcas se produce por su origen ligado a una zona geográfica.
Ej: D.O.P. Queso Manchego, I.G.P. Espárrago de Navarra, etc.Especialidades Tradicionales Garantizadas (E.T.G.), que están acogidas al Reglamento CE 2082/92. La diferenciación de los productos acogidos a este tipo de marcas se debe a la tradicionalidad de su método de producción, de sus materias primas, etc.
Ej: ETG Jamón Serrano, ETG Leche Certificada de Granja, etc.Agricultura Ecológica, basada en el Reglamento CEE 2092/91.
Marcas de garantía, que están acogidas a la ley 17/2001 de marcas, y pueden tener titularidad pública o privada (asociaciones de productores).
Ej: Producción Integrada, “alimentación animal certificada”, etc.Certificación de normas o reglamentos.
Ej: Norma de calidad de jamón ibérico, paleta ibérica y caña de lomo ibérico, UNE 155.000, etc.Marcas privadas como Eurepgap, BRC, IFS, u otras marcas promovidas por la distribución.
Actualmente, calidad y seguridad alimentaria son temas de plena actualidad tanto para consumidores como para productores y fabricantes, que en su afán por garantizar estos aspectos utilizan la certificación de sus productos para atender las demandas de garantía de los consumidores. Por todo ello, cada vez hay más productos agroalimentarios certificados y surgen nuevos referenciales, pliegos y marcas para certificaciones de productos.