Tu portal de alimentación y salud

Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Síguenos en:

¿Cómo debemos tratar la diabetes?

Los expertos opinan

Carmen Gómez Candela

Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid. Especialista MIR en Endocrinología y Nutrición. Hospital Clínico San Carlos. Doctor en Medicina por la Universidad Complutense. Desde el ańo 1993, Jefe de la Sección de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz. Actualmente, es Presidenta de la Sociedad Espańola de Nutrición Básica y Aplicada (SENBA) desde Mayo de 2001 y Coordinadora de la FESNAD creada en Julio de 2002.

¿Cómo debemos tratar la diabetes?

La diabetes mellitus (DM) es un síndrome de alteración del metabolismo caracterizado por presentar hiperglucemia, como consecuencia de deficiencias en la secrección de insulina (diabetes tipo 1) o en su acción (diabetes tipo 2).

Los criterios diagnósticos han sido recientemente revisados. El límite de normalidad se mantuvo, pero se disminuyó el límite para el diagnóstico de diabetes a < 126 mg/dl. De esta manera, el porcentaje de la población que ahora presenta diabetes mellitus ha aumentado.

En cuanto a la prevalencia en España, la DM afecta al 5-7%. La prevalencia de DM-2 conocida, en menores de 60 años es del 5%, mientras que se duplica en los mayores de 60 años, afectando al 10-15% de los mayores de 65 años y al 20 % de los mayores de 80. En el ámbito hospitalario afecta a un 10% de los pacientes hospitalizados (es la endocrinopatía más frecuente). La OMS estima que en el año 2025 existirán en el mundo 250 millones de pacientes con DM tipo 2.

En cuanto al tratamiento de la DM, éste se basa en tres pilares fundamentales: el tratamiento nutricional, el ejercicio físico y la terapia farmacológica (antidiabéticos orales, insulina y análogos de insulina).

La alimentación del paciente diabético debe ir coordinada con el resto del tratamiento, y debe contemplar la presencia de otras complicaciones asociadas. Ello permitirá valorar de forma global la situación de salud del paciente, establecer objetivos de tratamiento y estrategias escalonadas para su consecución, para lo cual son de inestimable ayuda las técnicas de educación diabetológica.

TRATAMIENTO NUTRICIONAL

Se define como “una prescripción dietética basada en la evaluación nutricional y en los objetivos de salud deseados”. Por tanto requiere una aproximación individualizada en función del estilo de vida y los objetivos terapeúticos del paciente. El objetivo fundamental es realizar cambios en el consumo de alimentos y en la actividad física para mejorar el control metabólico y disminuir la aparición de complicaciones. Los principios del tratamiento nutricional son distintos en pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2.

  • DIABETES TIPO 1: El tratamiento nutricional debe integrarse dentro del plan terapeútico general. Requiere un horario de comidas ajustado al perfil de acción de la insulina y automonitorización frecuente de la glucemia para realizar ajustes en la dosis de insulina, tiempo de inyección previo a la ingesta y en la cantidad y composición de la comida.

  • DIABETES TIPO 2: Los objetivos son mantener un buen control glucémico, lipídico y tensional. Una dieta hipocalórica, con una moderada pérdida de peso se asocia a mejoría del control metabólico.

LAS RECOMENDACIONES DIETÉTICAS

Estas recomendaciones han pasado por distintas etapas. Actualmente, queda claro que no existe una dieta única para la diabetes.

  1. ENERGÍA

    En general, siempre que exista sobrepeso u obesidad, lo cual es casi constante en la diabetes tipo 2, se debe reducir el aporte calórico y aconsejar disminución de peso, para lo cual se deben inducircambios del estilo de vida, y el ejercicio y la modificación de conducta es esencial para conseguirlo.

  2. PROTEINAS

    El aporte proteico debe ser similar al de la población general: 15-20 % del Valor Calórico Total (VCT).

  3. GRASAS

    El aporte de grasas debe permitirnos mejorar el perfil lipídico para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y ser adecuadas en cuanto a aporte calórico en función de la necesidad de pérdida de peso. La ingesta de ácidos grasos saturados (de origen animal) debe ser inferior al 10% del VCT, el consumo de Colesterol inferior a 300 mg/día. Las grasas poliinsaturadas aportarán el 10% del VCT. El resto de la grasa se sustituirá por otro tipo de grasa o carbohidratos (CHO) en función del peso, ya que las dietas bajas en grasa permiten que mejore la dislipemia y se pierde peso, y se desaconseja expresamente el consumo de ácidos grasos TRANS (procedentes de la hidrogenización industrial de distintas grasas).

    De esta forma el 60-70% de las calorías provendrán de la suma las calorías aportadas por los ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva) y carbohidratos.

  4. CARBOHIDRATOS (CHO)

    Se aconseja la inclusión preferente en la dieta de alimentos que contienen CHO provenientes de granos integrales, frutas, vegetales y lácteos bajos en grasa y se dará más prioridad a la cantidad total de CHO, que a su fuente.

    Conviene ajustar la dosis de Insulina precomida en función del contenido en CHO de la comida siguiente que se vaya a hacer y se promoverá el consumo de fibra en la misma cantidad que la población general (20-35 g/día, en forma de legumbres, cereales integrales, frutas…).

    Los pacientes que necesitan insulina procurarán realizar ingestas similares de CHO todos los días.

    Tradicionalmente se ha pensado que los azúcares (mono y disacáridos) deben reemplazarse por almidones, ya que se digieren y absorben más rápido y pueden agravar la hiperglucemia. Sin embargo, hay poca evidencia científica en esta aseveración. Por eso se recomienda (tal como lo recomendó previamente la OMS) que la sacarosa o azúcar común y los alimentos que la contienen no deban ser restringidos de forma genérica y menos aún en una población en riesgo de desnutrición calórico-proteíca como es la anciana.

    Por tanto no existe justificación para consumir alimentos especiales para diabéticos. De hecho en un estudio publicado recientemente, analizan los hábitos dietéticos de un grupo de ancianos diabéticos y se documenta que su mayor preocupación con la dieta es no consumir dulces o alimentos azucarados, pero su alimentación es muy alta en grasa saturada o muy baja en fibra por destacar algunos de los errores más habituales, aparte de que no están implicados en estrategias de pérdida de peso.

  5. VITAMINAS Y MINERALES

    En una alimentación equilibrada, como la propuesta, no es necesario suplementarlos, salvo que existan carencias.

    Así mismo se puede necesitar administrar potasio extra cuando se producen pérdidas por diuréticos y por restricción dietética en caso de insuficiencia renal. Con respecto al consumo de Sodio, se sabe que la reducción de la ingesta de Sodio, disminuye la Tensión Arterial, al igual que lo hace la pérdida de peso.

    Se debe recomendar una ingesta inferior a la recomendada a la población general: no superar los 2400 mg/dia ó 6 gramos de sal al día.

  6. ALCOHOL

    Su consumo moderado (dos copas de vino al día en adultos) no afecta de forma significativa al control glucémico. Dado su metabolismo, su ingestión fuera de las comidas puede provocar hipoglucemia en pacientes en tratamiento con agentes hipoglucemiantes. Además debe tenerse en cuenta su alto valor energético (1 g = 7 calorías), pero debe evitarse su consumo en pacientes con pancreatitis, historia de abuso de alcohol y si coexiste dislipemia.

BIBLIOGRAFIA

  1. American Diabetes Association Position Statement: Nutrition Recommendations and Principles for People with Diabetes Mellitus. Diabetes Care 2000.; 23:S43-S46

  2. Handbook of Diabetes Medical Nutrition Therapy. 28 ed. M. A. Powers, ed. Gaithersburg,Maryland, Aspen, 1996.

  3. Los carbohidratos en la nutrición humana. Informe de la FAO/OMS. Roma, 1999.

  4. American Diabetes Association: Diabetes Nutrition Recommendations for Health (Position. Statement), Diabetes Care 2002; (suppl 1); 25:561-563.

  5. Sanz-París A, Albero Gamboa R, Celaya Pérez. Diabetes. En Manual de Alimentación y Nutrición en el anciano. MA Rubio Ed. SCM 2002, 139–148.

  6. Vellas BJ, Sachet P y Baumgartner RJ. Intervención Nutricional en el anciano. Glosa Ed. Barcelona 2002.

  7. Carmen Gómez Candela, R.Mateo Lobo y M Santiago Corchado. ¿Cómo abordar el tratamiento dietético del paciente diabético?. Monografía de Medicine. 2000.

  8. Carmen Gómez Candela y Ana Isabel de Cos Blanco. Diabetes mellitus. En “Manual de Práctica Clínica de Nutrición en Geriatría”. Editorial You and Us Eds. Madrid. 2002. Pag. 143-152.

  9. MÁ. Martínez Olmos, C. Rodríguez Pascual, D. Bellido Guerrero y MM. Magariños Losada. Intolerancia a la glucosa y diabetes. En “MANUAL DE RECOMENDACIONES NUTRICIONALES EN PACIENTES GERIÁTRICOS”. Carmen Gómez Candela y JM Reuss Ed. Editores Médicos SA. Madrid. 2004. Pag: 147-153.

Figura 1: Objetivos del tratamiento nutricional

 

 

Objetivos del tratamiento nutricional

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Normo ó casi normoglucemia

 

 

Perfil lipídico adecuado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Prevenir, retrasar o tratar complicaciones

 

Adecuado estado nutricional. Crecimiento y desarrollo normales

 

 

Mejorar estado salud mediante alimentación equilibrada y variada