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cómo combatir la obesidad y el sedentarismo

Los expertos opinan

Carlos Bernardos Vallejo

Carlos Bernardos es Licenciado en Educación Física por la Universidad Politécnica de Madrid. Actualmente trabaja como director de Equilibrium Spa Wellness de Tres Cantos, es Vocal de la Junta Directiva del Consejo General de Colegios Oficiales de Licenciados en Educación Física y en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (C.O.P.L.E.F) de Madrid y profesor del Máster en Dirección de Organizaciones e Instalaciones Deportivas de la Universidad Politécnica de Madrid. Además, es el creador del programa Movinivel (actividad física para mayores)

Cómo combatir la obesidad y el sedentarismo

Introducción
Parece innecesario resaltar los perjuicios que el sobrepeso y la obesidad conllevan para la salud de las personas. Numerosos estudios demuestran que estos problemas traen como consecuencia un mayor riesgo de padecer determinadas afecciones y que este riesgo puede ser minimizado con un control de la dieta y una actividad física continua y moderada.
Entre las causas de mortalidad, asociadas a la obesidad, nos encontramos con enfermedades cardíacas, hipertensión, determinados tipos de cáncer, enfermedades de la vesícula biliar y diabetes.
Hay procesos, como angina de pecho, hipertensión, enfermedades congestivas del corazón, infarto de miocardio (menor riesgo de recurrencia), venas varicosas, diabetes y problemas ortopédicos que suelen mejorar con la reducción de peso, pudiendo éste prescribirse como parte de un tratamiento integral.
Según Aranceta, J. et al. (Prevalencia de obesidad en España: resultados del estudio SEEDO 2000.) “La prevalencia de obesidad global fue del 14,5 %, mayor en las mujeres (15,75 %) que en los hombres (13,39 %). La prevalencia de obesidad se incrementó significativamente con la edad en ambos sexos, en especial en el grupo > 55 años”.
“La obesidad es un problema que afecta a un porcentaje importante de la población española. Considerando su impacto en la salud pública, sería necesario establecer cuanto antes medidas no sólo correctoras, sino poner en marcha medidas preventivas más oportunas.”

Localizando el problema
Normalmente el sobrepeso y la obesidad van asociados, salvo en excepciones tales como deportistas, hombres y mujeres, que practican disciplinas de fuerza y que poseen una masa muscular importante, lo que hace que el Índice de Masa Corporal (IMC) sea alto, y el porcentaje de grasa corporal bajo o medio.
El IMC se obtiene dividiendo el peso (kg) entre la estatura (m) al cuadrado. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Obesidad los valores por debajo de 18 se consideran insuficientes, considerando los valores entre 18.5 y 24.9 equilibrados y saludables. Por encima de 24.9 se considera sobrepeso y a partir de 30 obesidad.
Para grupos de población general, el IMC es un indicador fiable, fácil de calcular y nos ayudará a conocer el alcance real del problema.
Otra forma de valorar el problema, es el índice cintura cadera, que consiste en dividir el perímetro de la cintura entre el de la cadera, ambos en cm. Este índice nos ayuda a situarnos según la siguiente tabla:

SexoValores normalesRiesgo cardiovascular
Hombres0.95 a 1.00>1.0
Mujeres<0.8>0.8


Finalmente un profesional puede orientarnos más exactamente, calculando el porcentaje de grasa corporal. La interpretación del valor obtenido es la siguiente:

EdadHombresMujeres
 Exc.BienReg.MalExc.BienReg.Mal
 >55 <18 18 a 23 23 a 27 >27 >21 21 a 29  29 a 34 >34
 46 a 55 <17 17 a 22 22 a 26 >26 >20 20 a 2828 a 33 >33
 36 a 45 <16 16 a 21 21 a 24 >24 >19 19 a 24 24 a 30 >30
 26 a 35 <14 14 a 19 19 a 22 >22 >1819 a 21 21 a 27 >27
 <25 <10 10 a 1616 a 20 >20 >15 15 a 20 20 a 25 >25
 


Algunas consideraciones

Está demostrado que la combinación de dieta sana y ejercicio es la mejor solución cuando no nos encontramos ante casos patológicos.
También conviene recordar que la OMS, recomienda que la pérdida de peso no debe ser superior a 3 kg. por mes. Aunque pueda parecer poco, si se produce esta pérdida y se consigue mantener durante 5 o 6 meses se consigue una pérdida total de entre 12 a 18 kg., cantidad suficiente en la mayoría de los casos.
Es necesario huir de las dietas “milagrosas” que ofrecen perder una gran cantidad de peso en poco tiempo. En primer lugar porque la pérdida de grasa es pequeña y la mayor parte del peso perdido corresponde a la masa muscular por lo que al final y a pesar de haber perdido peso, normalmente el porcentaje de grasa corporal habrá aumentado y porque al finalizar el proceso, suele producirse un efecto rebote, por el que en poco tiempo, se recupera el peso perdido y en algunos casos incluso se aumenta.

Buscando soluciones
Una persona que hace actividad aeróbica, como por ejemplo carrera continua, durante 30 min. 3 días por semana a una velocidad de 11 km/h consume aproximadamente 1.300 kcal. por semana, es decir el equivalente a 150 g. de grasa, solamente a causa de esta actividad. Parece poco, pero con una dieta equilibrada y reduciendo algo la ingesta calórica, en pocos meses se habrán conseguido los objetivos de una manera saludable, eficaz y duradera.
Normalmente en los Centros Deportivos, Gimnasios, Polideportivos, etc. se ofrece al cliente una gran cantidad de actividades. Cuando se acude a uno de estos centros con el fin de iniciar un programa de pérdida de peso, hay que tener en cuenta al seleccionar las actividades de entre aquellas que ofertan, cuáles son las más idóneas para conseguirlo.
Lo recomendable es seleccionar actividades colectivas o programas individualizados con un componente aeróbico que se repita durante 3 ó 4 veces por semana, con una intensidad media o ligeramente alta de manera que se pueda mantener el esfuerzo durante un periodo de tiempo no inferior a los 30 min.
En este caso la frecuencia cardíaca (FC) es el mejor indicador para comprobar que la intensidad del esfuerzo es la adecuada, lo que garantiza la obtención de los resultados. Una FC entre el 65 y el 75% de la FC máxima permite mantener un esfuerzo durante el tiempo necesario y con la carga adecuada.
La mayoría de las máquinas cardiovasculares están equipadas perfectamente para que el usuario tenga control constante sobre este parámetro.
En el caso de las actividades colectivas en las que se hace más difícil un control exacto de la intensidad, salvo que se utilice un pulsómetro, podemos utilizar la Escala del esfuerzo percibido de Borg.
Utilizando este método durante la parte principal de las clases, normalmente con una duración entre los 30 y los 40 minutos ,es necesario tener constantemente una percepción del esfuerzo entre duro y muy duro, lo que nos sitúa, según la tabla adjunta, en valores entre 14 y 17, lo que se corresponde con un régimen de trabajo entre 140 y 190 pulsaciones por minuto, equivalente a un 60-80% de la capacidad máxima.
Sólo si la intensidad de la parte principal de la clase se mantiene entre estos niveles (obviamente al ser subjetivos no son los mismos para todas las personas) conseguiremos que la actividad aeróbica produzca los efectos deseados.