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COGENERACIÓN EN EL CARRITO DE LA COMPRA: lA ENERGÍA DE LOS ALIMENTOS ESPAÑOLES

Los expertos opinan

José Javier Rodríguez Morales

Ingeniero Industrial por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid (U.P.M.) y Executive MBA por el Instituto de Empresa de Madrid (2002). Ha trabajado en el sector papelero, en el grupo multinacional espańol Papeles y Cartones de Europa S.A.-EUROPAC como Jefe de Cogeneración y Servicios, Director de Compras y Director Industrial, y en la Asociación de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón- ASPAPEL como Director de Medio Ambiente. Desde el ańo 2008 es Director General de Acogen, Asociación Espańola de Cogeneración. Es miembro de la Junta Directiva de la CEOE,  de los Consejos Consultivos de Electricidad e Hidrocarburos de la CNE, del Comité de Agentes del Mercado de OMEL, y de diferentes grupos de trabajo nacionales y europeos relacionados con la energía y la industria.

Cogeneración en el carrito de la compra: La energía de los alimentos españoles

España tiene en su sector de alimentación y bebidas la primera y más importante industria del país; una riqueza que mantiene casi medio millón de empleos – esto es el 20% de todo el empleo de la industria nacional-, para abastecer no sólo nuestro consumo interno, sino desarrollar una enorme actividad exportadora, ya que España es el tercer país exportador de productos alimentarios de la Unión Europea.

Afortunadamente, la calidad e innovación de los productos y procesos alimentarios en los que se esfuerzan más de 30.000 empresas, es parte fundamental de nuestra actividad económica, que especialmente en estos momentos es aún más imprescindible para el empleo y el bienestar de todos. Hoy, premios nobel de economía como Paul Krugman, al opinar sobre la crisis económica en España, recomendaba al gobierno centrarse en potenciar su sector industrial. Y la alimentaria es la primera industria del país, algo que no debería de sorprendernos pues ya en tiempos de los romanos, la Hispania era bien reconocida por su riqueza en alimentos y bebidas.

La factura energética con la que se fabrican nuestros alimentos y bebidas tiene un peso fundamental en sus costes de producción y por tanto también en el precio final del producto que llega al consumidor. Ser competitivos en costes, y con ello en precios finales, es clave para la presencia de estos productos en los mercados nacionales y especialmente en los mercados exteriores. La globalización impone una feroz competencia; la industria alimentaria esta crecientemente compitiendo con los más recónditos países: basta un vistazo en nuestros mercados para cerciorarnos que hoy están presentes productos de múltiples países y continentes. Ser eficientes –esto es, hacer más con menos energía – , es una fórmula de éxito y una estrategia por la que apuesta la industria española.

Sólo en electricidad la industria alimentara española tiene una factura anual de más de 1.000 millones de euros – el 4% del consumo eléctrico nacional – al que hay que añadir los combustibles – gas natural, biomasa… – que suponen un 20% del total de combustibles de la industria. Por todo ello, utilizar eficientemente la energía y hacerlo con el mejor uso medioambiental posible, no sólo es un ejercicio de responsabilidad de las empresas, sino que es un área crítica en la industria alimentaria y es imprescindible para que sea productiva y competitiva. En este reto, el conocimiento de las mejores técnicas energéticas de fabricación y de los mercados energéticos, así como la formación de técnicos, es fundamental en las empresas.

Rico, rico…. Y hecho con cogeneración
La industria alimentaria no es sólo un importante consumidor de energía, sino que también produce una parte considerable de la misma para su propio uso y el de los entornos en los que está instalada. En áreas de producción rurales, al ser autosuficientes en producción de electricidad y aprovechar combustibles como la biomasa y subproductos de fabricación –cáscaras, huesos de aceitunas, etc.- se pueden sumar ventajas y hacer posible la implantación de  instalaciones de transformación primaria de alimentos.

Casi la mitad de la electricidad que consume la industria alimentaria española se produce en el propio sector alimentario. Azucareras, almazaras, fabricas de leche y yogures, almidón, soja, tomate frito, fabricas de conservas marinas, de quesos, de vegetales congelados, de chocolates, de cereales, de embutidos, también de bebidas como el whiskey, la cerveza…. etc. etc., emplean  la máxima de producir su energía “in situ”, de una manera más eficiente y menos contaminante y que les permite menores costes: esto es posible a través de una tecnología que se denomina “cogeneración”.

La cogeneración consiste en instalar en las propias fábricas pequeñas centrales eléctricas que producen a la vez electricidad y calor – y también frio – que será utilizado en los propios procesos de producción. Así, una industria que usa calor en sus procesos – por ejemplo para calentar conservas o alimentos – puede generar el calor que necesita y al mismo tiempo producir electricidad, que bien consumirá o venderá a la red de electricidad para que la consuman sus vecinos. Con ello, ahorra energía al país – producir a la vez electricidad y calor con cogeneración permite consumir hasta un 30% menos de energía que hacerlo por separado-  emite menos emisiones y logra menores costes energéticos para su fábrica.

Energía eficiente que aporta competitividad y sostenibilidad a la industria alimentaria
Pues bien, también el sector de la alimentación y bebidas es líder en la industria española en cuanto a la utilización de la tecnología de la cogeneración, ya que un 20% de la cogeneración que se realiza en España está en industrias alimentarias, concretamente en más de 150 fábricas españolas de este sector de actividad.

La cogeneración genera el 12% de toda la electricidad que se produce en España, atendiendo al mismo tiempo las necesidades de calor y frio de un 40% de la industria manufacturera española. No todo tipo de industrias pueden emplear la cogeneración, pero las que lo hacen tienen una solución tecnológica eficaz para ser más competitivos utilizando la fórmula del “hágaselo usted mismo” y además ahorrando con ello energía y emisiones.

La energía con la que se fabrican nuestros alimentos y bebidas es muy importante para la industria alimentaria, pero también lo es para todos los ciudadanos, por eso es bueno que se produzca con cogeneración, una energía eficiente para todos. Con la cogeneración, las industrias consiguen tener costes más competitivos ahorrando energía y emisiones, y además son capaces de producir más y mejor y así pueden llegar más lejos con nuestros productos: toda una garantía de empleo y bienestar en beneficio de todos.

Espero que la palabra “cogeneración” resulte ahora al consumidor un poco menos desconocida. Porque la cogeneración está silenciosamente presente en nuestra vida diaria, porque está en los productos de la cesta de la compra, aportando energía eficiente a muchas industrias por una sociedad mejor.