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Las conservas, una alternativa saludable

La vida tan ajetreada que llevamos hoy en día tiene una relación muy directa con nuestra alimentación: qué comemos, cómo lo preparamos y de qué manera lo consumimos. En muchos casos, esa intensa rutina diaria se traduce en poco tiempo para ir a la compra o cocinar. Por ello, con frecuencia recurrimos a la alternativa de las conservas de productos, que van desde vegetales, legumbres y frutas a pescados o mariscos. Es importante saber que, además de ser una opción cómoda, estos alimentos juegan también un papel importante desde un punto de vista nutricional. Cuando hablamos de una conserva lo hacemos de un producto fresco que ha sido cocinado, esterilizado y colocado en un envase igualmente esterilizado, cerrado de manera duradera y perfectamente hermético. Es precisamente ese proceso el que otorga a las conservas una serie de beneficios para su consumo: la no utilización de conservantes, la seguridad desde un punto de vista microbiológico, la conservación de propiedades nutritivas (ya que el proceso de elaboración no modifica la naturaleza de las proteínas, los lípidos o los glúcidos) y la larga duración sin alteración del producto. Todo ello se debe a que los alimentos se envasan en su mejor momento de maduración y calidad nutritiva, con lo que se hacen duraderos y se pueden consumir fuera de temporada. Por eso, introducir las conservas en una dieta equilibrada es un hábito saludable que nos permite comer alimentos necesarios para nuestro organismo de manera sana y práctica. De hecho, en los últimos tiempos, las conservas han evolucionado hasta llegar a convertirse, en algunos casos, en especialidades gourmet, e incluso muchos restaurantes han llegado a especializarse en estos productos, importándolos de diferentes puntos de España o de otros países. Para un consumo óptimo y saludable de las conservas, los especialistas proponen una serie de recomendaciones:
  • Una vez abierta la lata, debemos guardar el contenido sobrante en la nevera en un envase de cristal.
  • Es importante almacenar las latas de conserva en lugares frescos, secos y resguardados del calor y de la luz.
  • Los envases más antiguos se posicionarán en primera fila como primera elección de consumo.
  • Evitar comprar las latas o envases con rasguños o golpes es imprescindible como medida de seguridad.
  • Si se va a comer directamente de la lata y los envases no estaban protegidos con estuches de cartón, es recomendable lavarla previamente antes de consumirla.
  • La vida útil de las conservas es de seis años para los productos en aceite y de cuatro para los productos al natural.
  • Debemos desechar las latas de conserva si aparecen señales de oxidación en los bordes, la lata está abombada, aparece espuma en su interior o detectamos mal aspecto/olor del líquido interior.
Fuentes: – http://www.cisan.org.ar/articulo_ampliado.php?id=71&hash=1968577f968f269130c5a9a3e4f8ebb7 – http://www.abc.es/familia-consumo/20150426/abci-latas-conserva-familia-201504151656.html – http://www.sabormediterraneo.com/salud/conservas_nutricion.htm – http://www.alimenta-accion.com/2013/04/hablemos-de-conservas-que-son-y-como-se.html – http://infoalimenta.es/uploads/_publicaciones/id51/51_que_es_lata.pdf