Las dietas milagro son aquéllas que, por lo general, prometen resultados rápidos, espectaculares y fáciles pero, lamentablemente, sus efectos son bastante perjudiciales para la salud, en especial si se está en etapa de crecimiento, ya que son permanentes.
Habrás oído que una persona de tu entorno ha adelgazado mucho con una de estas dietas: ¿por qué, entonces, no son adecuadas?

El “secreto” que tienen es que al limitar los alimentos que se pueden ingerir, la dieta se hace monótona y aburrida, y con ello las personas comen menos de lo que deberían, ingieren menos calorías y así consiguen perder peso.
El problema está en que al limitar los alimentos también disminuyes la posibilidad de conseguir todos los nutrientes que necesita tu organismo, aumentando la probabilidad de padecer carencias de minerales y vitaminas.

Otra consecuencia grave de este tipo de dietas es el llamado “efecto yo-yo”. Cuando se somete al organismo a una dieta muy baja en calorías y hay una pérdida de peso muy rápida, tu cuerpo no sabe si la reducción de calorías es voluntaria o se debe a una época de “hambruna”, así que reacciona haciéndose más eficiente y tus células consiguen funcionar gastando menos, pudiendo causar serios problemas para tu salud.
Como consejo, no olvides que el verdadero secreto para alcanzar un peso adecuado es sencillo: “la energía que comemos debe ser igual a la que gastamos”.

Los signos que permiten reconocer una “dieta milagro”, tal y como nos dice la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) son:

La promesa de pérdida de peso rápida: más de 5 kg por mes.
-Se puede llevar sin esfuerzo.
-Anunciar que son completamente seguras, sin riesgos para la salud.

DIETAS EQUILIBRADAS, SINÓNIMO DE SALUD

El secreto para mantener un estado óptimo de salud, consiste en seguir una dieta equilibrada, variada y moderada y practicar actividad física de manera diaria.

El modelo de dieta equilibrada ideal se puede conseguir desde muchas opciones, gracias a la gran diversidad de nuestros hábitos alimentarios y a la gran riqueza gastronómica de nuestro país.

La dieta equilibrada ha de combinar los diferentes grupos de alimentos (cereales, carnes, lácteos, pescados, frutas, verduras, huevos, etc.) pues los nutrientes se encuentran amplia y heterogéneamente distribuidos en los alimentos y pueden obtenerse a partir de combinaciones de los mismos. Pero se he de tener especial cuidado en la frecuencia de cada uno de ellos, para que el consumo excesivo de uno no desplace o sustituya a otro también necesario.

¡No olvides!

  • Hay que disfrutar comiendo con moderación de todos los alimentos, ya que no hay alimentos buenos o malos.

  • Comer poco no significa comer bien.

  • Practicar actividad física ayuda a alcanzar un estado de salud óptimo!

DIETA MEDITERRÁNEA

Un claro ejemplo de dieta equilibrada, variada y moderada, es la Dieta Mediterránea. 

La Dieta Mediterránea es una filosofía de vida basada en una forma de alimentarnos, una forma distinta de cocinar los alimentos, de compartirlos, de disfrutar de nuestro entorno y paisaje, de vivir, de relacionarnos con el medio, de generar arte y cultura, historia y tradiciones vinculadas a nuestros alimentos y a su origen.

Desde 2013, el Comité Intergubernamental de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial ha acordado inscribir la Dieta Mediterránea en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

En la Dieta Mediterránea predominan algunos tipos de alimentos como el pan, la pasta, las verduras, las hortalizas, las legumbres o las frutas y frutos secos. Pero, sin duda, su característica fundamental es el empleo del aceite de oliva como principal fuente de grasa. 

¡No olvides combinar la Dieta Mediterránea junto con la práctica de actividad física diaria para conseguir un estilo de vida saludable!

DIETA ATLÁNTICA

La Dieta Atlántica es muy similar a la Mediterránea puesto que son recomendaciones exactamente iguales sobre estilo de vida. La diferencia es que priman unos alimentos más que otros. En concreto son hábitos que comparten las regiones bañadas por el océano atlántico, de ahí su nombre.

Podemos destacar, el consumo de pescados, mariscos, carnes, huevos, lácteos y legumbres

Junto con el consumo elevado de frutas y hortalizas: Se recomienda el consumo de una amplia variedad de frutas, sobre todo manzanas y cítricos. De las hortalizas, conviene mantener el consumo de las del género Brassica (repollo, berzas, grelos y nabizas), además de judías, pimientos, cebollas, zanahorias, guisantes y ajos.

Mantenimiento de los hábitos alimentarios tradicionales atlánticos. Se sabe comer y se disfruta de ello.

Y no podemos olvidar: Realizar actividad física todos los días es tan importante como comer adecuadamente.

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