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NOMBRE Y DEFINICIÓN DEL ALIMENTO

Bimi es el nombre comercial con el que se ha bautizado a este mini-brócoli de tallo fino y alargado, que termina en un pequeño florete.

Su aspecto es el de un espárrago con cabeza de brocoli, su sabor delicado y el aroma más suave que el de otro tipo de coles. Tanto el ramillete como el tallo son comestibles, por lo que este brócoli enano no tiene desperdicio.

También se lo conoce como Broccolini o “baby broccoli” en Europa, pero su nombre original fue Aspabroc.

HISTORIA

El Bimi tiene su origen en los años noventa, y nace de un cruce entre el brócoli convencional y el chino (también denominado kailan).

Fue desarrollado por la empresa japonesa Sakata Seed mediante técnicas de hibridación natural con el objetivo de obtener una variedad de brocoli que fuese más apreciado por los consumidores.

Actualmente no solo se cultiva en Japón, sino que dada su aceptación en el mercado, también se cultiva en otros países, entre ellos España o Reino Unido.

A pesar de que en sus inicios el bimi era un vegetal selecto más difícil de encontrar, hoy en día ya se puede comprar en diferentes supermercados, mercados y tiendas de proximidad.

VALORACIÓN NUTRICIONAL

Puesto que se trata de un híbrido natural entre dos variedades de brócoli, el bimi mantiene unas propiedades nutricionales muy similares a las de sus antecesores.

Entre ellas, un mayor aporte de proteínas que otros vegetales (lo mismo que ocurre con el brócoli), un buen contenido de fibra dietética, y la presencia de algunos minerales como el calcio o el magnesio.

CÓMO LLEGA A NUESTRA MESA

Por su sabor delicado y algo dulce, y su textura crujiente, el bimi es un vegetal muy apreciado entre consumidores y cocineros.

Es una excelente opción para consumir como guarnición, en revuelto, o en ensaladas, pues para su preparación solo es necesario un pequeño golpe de calor.

También puede utilizarse en crudo, pues de forma natural es fácilmente masticable. Sin embargo, esta forma de consumo debería reservarse para ocasiones puntuales, ya que sin someterse a tratamiento térmico, tanto el bimi, como el brócoli y otras coles, contienen un tipo de compuestos (denominados bociógenos), que impiden la adecuada absorción del yodo.

Por esto, lo más recomendable es prepararlo en cocciones cortas, como por ejemplo al vapor o escaldándolo unos minutos. De esta forma se mantienen mejor sus propiedades nutricionales y se consigue una textura muy agradable.