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Nuevo avance científico contra la obesidad: la leptina

INTRODUCCIÓN La definición más simple y aceptada de “peso saludable” viene determinada por el Índice de Masa Corporal (IMC) o índice de Quetelet, considerado como el peso en kilogramos dividido entre la altura en metros elevada al cuadrado. Con la obtención de este valor, la OMS (Organización Mundial de la Salud) clasifica el sobrepeso u obesidad según la siguiente tabla:
IMC (kg/m2)
Grado Obesidad
18,5-24,9
Normopeso
25-29,9
Sobrepeso
30-34,9
Obesidad (Grado I)
35-39,9
Obesidad (Grado II)
>40
Obesidad Mórbida (Grado III)
La obesidad se define como un exceso de grasa corporal debido a un balance positivo en la ecuación energética bien por una ingesta excesiva, bien por un descenso en el gasto energético, o bien por, desequilibrios en ambos factores. Entre los factores implicados en la obesidad se encuentran los hábitos dietéticos y la falta de actividad física. Éstos están afectados por genes, que a su vez, afectan al gasto energético, al metabolismo de sustratos energéticos y al consumo de alimentos. Sin embargo, las crecientes tasas de obesidad no pueden ser explicadas exclusivamente por causas genéticas, ya que en algunos casos están asociadas al consumo de dietas de alta densidad energética o ricas en grasa, así como al creciente sedentarismo de las sociedades, impuesto tanto en países desarrollados, como en vías de desarrollo. El 25 por ciento de los casos de obesidad se deben, en gran parte, a una deficiencia en una hormona llamada leptina. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Navarra demuestra que mediante un efecto de “doble imagen especular” se pueden reproducir los efectos de esta hormona en organismos que la tengan deficiente. La investigación, titulada “Inmunoneutralización y producción anti-idiotipo: dos aplicaciones de la leptina”, aparece publicada en el número de abril de la revista médica “Trends in Immunology”. En ella, los investigadores revelan que se ha logrado crear un anticuerpo que reduce el apetito y es capaz, además, de subir la temperatura del cuerpo hasta el punto de quemar las grasas que sobran. Hasta el momento, el experimento ha funcionado con éxito en animales. La base del hallazgo es la leptina, que es un péptido de 167 aminoácidos cuya síntesis se lleva a cabo principalmente en el tejido adiposo y en menor cantidad en el estómago y la placenta. La presencia de esta hormona en la sangre tiene dos efectos: por un lado, reduce el apetito y, por otro, aumenta el gasto energético generando calor (termogénesis). El primer paso del experimento consistió en inyectar leptina a ratones obesos que eran incapaces de generarla por sí mismos. Esto provocó una reacción inmunitaria en sus organismos, produciendo anticuerpos antileptina para defenderse del agente extraño. Posteriormente, los nuevos anticuerpos resultantes volvieron a ser inyectados en ratas, las cuales desarrollaron, a su vez, nuevas defensas. En definitiva, crearon un segundo anticuerpo con propiedades similares a las de la leptina. Las concentraciones de leptina difieren en función de los siguientes factores: la edad, el sexo, la ingesta calórica y el índice de masa corporal (IMC). Los niveles de leptina son significativamente más altos en mujeres que en hombres, y parece ser que estas diferencias se deben al mayor porcentaje de grasa subcutánea y al papel de los estrógenos, que aumentan la producción de leptina por el tejido adiposo. Es decir, las mujeres tienen mayor tendencia a engordar que los hombres debido, entre otras causas, a la menor capacidad para activar la termogénesis, que es el proceso que posibilita que la energía del alimento se pierda como calor. Además, la concentración de leptina en sangre está regulada por diferentes hormonas: la insulina, los glucocorticoides y los estrógenos que aumentan la síntesis de leptina. Alfredo Martínez, catedrático de Nutrición de la Universidad de Navarra que dirige la investigación, asegura que este descubrimiento evitará, en un futuro, las dietas de adelgazamiento y su conocido efecto yo-yo, es decir, la recuperación de peso perdido tras adelgazar. Asimismo, sostiene que esta vacuna será similar a la insulina de los diabéticos, con la diferencia de que no se tendrá que inyectar todos los día. No obstante, hasta el momento, el experimento sólo ha funcionado con éxito en animales. El reto ahora consiste en aplicar la fórmula a los seres humanos. BIBLIOGRAFÍA
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  • Sabath Silva, Fco. (Marzo-Abril 2002): “Leptina”. Revista de Investigación Clínica. Vol. 54, Núm. 2. México.
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