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Relación entre las emociones y la alimentación

INTRODUCCIÓN

Los trastornos del comportamiento alimentario (TCA) son enfermedades psicosomáticas, en las que los factores socioculturales juegan un papel muy relevante, al potenciar un modelo estético de delgadez que está presente de algún modo en el inicio y mantenimiento del trastorno.

En nuestra sociedad se produce una enorme tensión causada por tres tipos de mensajes contradictorios, en relación con la estructura corporal: Mensaje médico, mensajes estéticos y mensajes gastronómicos. La abundancia de alimentos, algunos muy atractivos, junto con el “mandato” social de tener que ser delgado, para ser aceptada, crea situaciones internas muy conflictivas que conducen a personas predispuestas (la adolescencia es un periodo crítico) a desarrollar un TCA.

En efecto, la coexistencia en el mundo desarrollado de una superabundancia de alimentos muy sabrosos y de enorme densidad calórica, con un modelo dictatorial de belleza (mujeres extremadamente delgadas) crea unas tensiones a los individuos más vulnerables que pueden finalizar en el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria. De hecho, en EEUU el 27% de las jóvenes normoponderales y el 10% de los jóvenes varones están haciendo dieta porque no se encuentran suficientemente delgados.

El análisis de la naturaleza multifactorial de los TCA indica su compleja etiopatogenia determinada por la interacción de factores que predisponen, precipitan y mantienen la enfermedad. Un factor clave es el miedo a engordar, provocado en la adolescencia por el cambio físico que experimenta el cuerpo y la nueva valoración estética que debe hacerse del mismo.

Estos trastornos se clasifican en tres subtipos: anorexia nerviosa (AN), bulimia nerviosa (BN) y trastorno alimentario no especificado (TCA-NE).

Los TCA afectan principalmente a mujeres adolescentes o jóvenes, pero las actitudes y hábitos alimentarios no saludables están más extendidos y afectan a una población mayor y más heterogénea.

1.- Anorexia Nerviosa (AN)

La décima revisión (1992) de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE 10) en el capítulo de trastornos mentales y del comportamiento, establece la siguiente definición para la anorexia nerviosa: “Trastorno caracterizado por la presencia de una pérdida deliberada de peso, inducida o mantenida por el mismo enfermo”.

Según la American Psychiatric Association (1995), se denomina Anorexia Nerviosa a la alteración caracterizada por:

  • Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal, considerando la edad y la talla (por ejemplo, pérdida del peso inferior al 85% del esperable).
  • Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso incluso estando por debajo del peso normal.
  • Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta un bajo peso corporal.
  • En las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos.

Existen dos tipos de Anorexia Nerviosa:

  • Tipo restrictivo: no se recurre regularmente a atracones o a purgas.
  • Tipo purgativo: se realizan atracones y purgas.

El diagnóstico diferencial en la anorexia nerviosa debe plantearse con otras enfermedades que causan pérdida de peso importantes, como procesos malignos, enfermedad inflamatoria intestinal, infecciones crónicas u otros trastornos psiquiátricos: depresiones severas, etc. Es una enfermedad que afecta fundamentalmente a mujeres, 9 de cada 10 durante la pubertad. La prevalencia se sitúa en el 0,5-1% de mujeres entre 14 y 25 años.

Debido a la pérdida voluntaria de peso por la restricción y/o hábitos purgativos, los pacientes llegan a un estado de desnutrición calórica severa, en la que hay manifestaciones y signos de desnutrición a nivel de todos los sistemas biológicos: endocrino, gastrointestinal, cardiovascular, renal, óseo y hematológico.

2.- Bulimia Nerviosa (BN)

Aunque el exceso de comida y la práctica del vómito es muy antiguo, hasta 1.980 no se identificó la bulimia como una enfermedad causante de trastornos fisiológicos, a veces graves, y motivado por trastornos psíquicos identificables.

Según la American Psychiatric Association (1995), se denomina Bulimia Nerviosa (BN) a la alteración que se caracteriza por la presencia de atracones recurrentes.

Un atracón se caracteriza por:

  • Ingerir alimento en un corto período de tiempo (por ejemplo, dos horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un espacio de tiempo similar en las mismas circunstancias.
  • Tener la sensación de perder el control sobre la ingesta del alimento (no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo).
  • Realizar conductas compensatorias inapropiadas de manera repetida con el fin de no ganar peso, como provocación del vómito, uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos, ayuno y ejercicio físico excesivo.
  • Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces por semana, durante un período de tres meses.
  • La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales.

Existen dos tipos de bulimia nerviosa:

  • Purgativa: durante el episodio de bulimia la persona se provoca regularmente vómitos o usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso.
  • No purgativa: la persona ayuna o hace ejercicio físico intenso pero no se provoca vómitos ni usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso.

La prevalencia, según algún estudio realizado entre jóvenes de edad escolar, alcanzaba rango de epidemia, pero los estudios más rigurosos aplicando criterios diagnósticos con precisión, dan una prevalencia del 2 al 3% de mujeres en edad de riesgo.

Aunque en la etiología están indudablemente implicados factores de personalidad y elementos ambientales, también es cierto que existe una predisposición genética aún poco conocida.

Semejanzas y diferencias entre AN y BN

Puede producirse un desplazamiento de la anorexia nerviosa a la bulimia nerviosa y al contrario, aunque esto último sea menos frecuente: entre un 30% y un 50% de las personas que presentan anorexia nerviosa también manifiestan ataques de bulimia, sobreingesta y vómitos autoprovocados.

A veces, es difícil saber si es un caso de bulimia o anorexia porque ambos trastornos tienen grandes semejanzas:

  • Afectan a las mujeres mucho más que a los hombres.
  • Se presentan en mujeres jóvenes y muy jóvenes preferentemente, siendo la bulimia más frecuente que la anorexia.
  • Existe una obsesión por la figura corporal y el peso que se intenta controlar a través de distintas prácticas o dietas.

Aunque no se puede afirmar de forma general, se han descrito algunos rasgos que diferencian a las personas que poseen estos trastornos:

Características de las personas con Anorexia Nerviosa:

  • Alexitimia: dificultad para darse cuenta de sus estados internos y sentimientos (hambres, ansiedad, tristeza…).
  • Capacidad de ejercitar la voluntad para controlar el deseo de comer.
  • Comportamiento ejemplar hasta la instalación de la enfermedad.
  • Presencia de amenorrea, es decir, ausencia de la regla.
  • Sexualmente inactiva también a nivel de deseo.
  • Negación del hambre y la enfermedad, llegando a considerar su conducta alimentaría normal e incluso motivo de orgullo.
  • Oscilación entre peso muy bajo a bajo, con apariencia flaca y demacrada.
  • Introversión y retraimiento social.
  • La edad en que se presenta el trastorno es más temprana, entre los 14 y 18 años (se está constatando el descenso de la edad de inicio).

Características de las personas con Bulimia Nerviosa:

  • Mayor concienciación de sus estados internos, sentimientos y emociones.
  • Menor capacidad de controlar sus propios impulsos.
  • A veces, tienen trastornos de conducta asociados, como abuso de alcohol y otras drogas.
  • Con frecuencia, es una persona sexualmente activa.
  • Aceptación con más facilidad de la gravedad y seriedad del trastorno, teniendo conciencia de que algo anormal les ocurre y pueden pedir ayuda espontáneamente.
  • Aspecto saludable e incluso presentación de sobrepeso, por lo que es más difícil de detectar desde fuera.
  • Extroversión y una vida social activa.
  • La edad en que se presenta la enfermedad es más tardía.

Estudios científicos sobre trastornos del comportamiento alimentario

En España los estudios llevados a cabo en doble fase durante los años noventa, coinciden en mostrar una tasa de prevalencia de casos de TCA en la población adolescente de alrededor del 4,5%. En concreto, en el estudio de prevalencia de casos de TCA realizado en jóvenes adolescentes de 15 a 18 años en la Comunidad de Madrid durante los años 1999-2004, se obtuvo una prevalencia acumulada de casos actuales de 3,7% y de población de riesgo del 7,6% (González, Elena y Merino, Begoña; 2000).

Por otro lado, con diferentes estudios epidemiológicos se observa un aumento inequívoco de la incidencia de los TCA en las últimas décadas, sobre todo en el ámbito clínico de las consultas psiquiátricas y de Atención Primaria.

Por ello, el objetivo del estudio realizado en la Comunidad de Madrid, era evaluar la carga hospitalaria que suponen los TCA en los hospitales de la CM en el año 2003 y estimar la prevalencia y evolución de las conductas de riesgo en adolescentes escolarizados.

Los resultados del estudio anterior mostraron que durante 2003 se produjeron 576 ingresos por TCA en Madrid, de los que el 83,4% fueron de personas residentes en la Comunidad de Madrid. El 89% de los ingresos por TCA correspondieron a mujeres siendo en ambos sexos la anorexia nerviosa el principal motivo de ingreso. La edad media de los ingresos fue de 22,6 años. Los TCA presentaron una alta comorbilidad con otros trastornos mentales.

Las conclusiones de este estudio realizado, nos muestran que los TCA son una causa importante de ingreso por trastorno mental en mujeres entre 15-24 años, no sólo por su frecuencia, sino también por la elevada estancia media, la gran comorbilidad asociada y la tasa de reingresos que conllevan. Por otro lado, las conductas de riesgo o relacionadas con los TCA siguen siendo frecuentes en población adolescente femenina, observándose sólo un descenso significativo en la percepción de sobrepeso u obesidad. Por tanto, hay que insistir en la necesidad de seguir promocionando hábitos alimentarios saludables así como tener en cuenta estos trastornos en los programas preventivos en el medio escolar o sanitario.

BIBLIOGRAFÍA

  • American Psychiatric Association (1995): “Descripción según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV”.
  • Instituto de Salud Pública. Dirección General de Salud Pública y Alimentación (2005): “Informes: Vigilancia epidemiológica de los trastornos del comportamiento alimentario y conductas relacionadas, 2004”. Boletín epidemiológico de la Comunidad de Madrid. Junio 2005. Volumen 11. Madrid. España.
  • González Briones, Elena y Merino Merino, Begoña (200): “Nutrición saludable y prevención de los trastornos alimentarios”. Marco del Convenio de Colaboración para fomentar la educación para la salud en la escuela, entre los Ministerios del Interior, de Educación y Cultura y de Sanidad y Consumo. España.
    http://www.mec.es/cide/espanol/publicaciones/innovacion/colaboraciones/inn1999ns/pub0-
    3b2.html