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Los cítricos como antioxidantes naturales
INTRODUCCIÓN
A lo largo del artículo, se trata de evidenciar la importancia de los antioxidantes, en concreto los que provienen de los cítricos, para equilibrar el efecto que los radicales libres pueden producir en nuestro organismo. Si bien es cierto, han de estar equilibrados, para poder disfrutar de los efectos beneficiosos que aportan los antioxidantes.
La paradoja del oxígeno
Como organismos aerobios que somos, el oxígeno es la base de la vida y juega un papel principal en las reacciones químicas de nuestro organismo, aunque es precisamente este papel, el que hace que también pueda ser la causa de daños en el mismo. Esta aparente contradicción surge debido a que el oxígeno en el organismo interviene en una serie de complejas reacciones llamadas de óxido-reducción, en las que se producen especies reactivas derivadas del oxígeno o ERO (Especies Reactivas del Oxígeno) también llamados radicales libres. Estos radicales libres son átomos o grupos de átomos con un electrón libre, por lo que son muy inestables y necesitan captar un electrón para ser estables electroquímicamente. Una vez que el radical ha conseguido sustraer el electrón que necesita, la molécula estable que se lo cede se convierte a su vez en un radical libre, iniciándose así una reacción en cadena.
Estas reacciones tienen una función y pueden tener un papel beneficioso en el organismo, como ocurre en nuestro sistema inmune, aunque también pueden causar destrucción y envejecimiento celular, lo que se conoce como estrés oxidativo. (Avello M., Suwaslky M., 2006)La mitocondria es el principal productor de radicales libres, ya que la respiración celular se verifica específicamente a este nivel. El 90% del total del oxígeno inhalado se consume en la mitocondria y alrededor del 2 % del oxígeno reducido se transforma en el radical superóxido, principal causante del estrés oxidativo, que ha sido relacionado con varias enfermedades como la aterosclerosis, el derrame cerebral, la artritis, las enfermedades inflamatorias crónicas, el cáncer, la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y otras enfermedades degenerativas (Lini et al, 2011).
Los antioxidantes
Existen una serie de compuestos que nos otorgan una protección ante todas estas reacciones que se dan constantemente en las células de nuestro cuerpo, son los llamados antioxidantes.
Son sustancias que retardan o inhiben la oxidación de sustratos susceptibles de sufrir la acción de estos radicales libres, ya que donan sus hidrógenos a éstos, protegiendo así a las células del daño producido por los radicales. Si la generación de estos radicales libres es alta y supera la eficacia de la defensa antioxidante del organismo, surge el estrés oxidativo.
Existe un mecanismo de defensa antioxidante endógeno del organismo, que incluye las enzimas catalíticas: superóxido dismutasa, catalasa y glutatión peroxidasa, que eliminan radicales libres u otras especies reactivas. Pero debido a las exigencias que tiene el cuerpo humano, el sistema de defensa resulta insuficiente, por lo que es necesario el consumo de compuestos antioxidantes por medio de la alimentación, los cuales reciben el nombre de agentes antioxidantes exógenos, que desde el punto de vista práctico son los más importantes de todos.
Los cítricos y su poder antioxidante
Los cítricos (naranjas, mandarinas, limones y pomelos), el melón, las cerezas y algunos vegetales (tomate, pimientos, coliflor, coles y brócoli) son alimentos que contienen ácido ascórbico o vitamina C. Debido a su hidrosolubilidad, esta vitamina antioxidante se encuentra intra y extra-celularmente en la mayor parte de los sistemas biológicos. Su papel antioxidante es doble: elimina directamente los radicales hidroxilo y superóxido, así como los hidroperóxidos lipídicos y protege las lipoproteínas LDL de la oxidación, reduciendo así el riesgo de sufrir aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares. Además, ayuda a regenerar la vitamina E.
Por tanto, el ácido ascórbico es un antioxidante primario o preventivo, pues reacciona directamente con las especies reactivas y las desactiva.
Además, los cítricos contienen una serie de metabolitos con actividad biológica llamados fitoquímicos, concretamente las flavanonas, los monoterpenos y los carotenoides, que se detallan a continuación:
Las flavanonas, son un tipo de flavonoide que contribuye a reducir la formación de agentes oxidantes en el organismo, disminuye los niveles de colesterol sanguíneo, modula el sistema inmune y tiene propiedades antiinflamatorias. Los tipos de flavanonas que contienen los cítricos son: Naringina, en la toronja; Hesperidinaen, en la naranja; Rutina, en el limón y Diosmina, en la mandarina.
Los monoterpenos son mejor conocidos como componentes de las esencias volátiles de las flores y como parte de los aceites esenciales de hierbas, especias y frutas, en donde forman parte de hasta el 5 % en peso de la planta seca. En el caso de los cítricos, destaca el limoneno, que es una sustancia natural que se extrae del aceite de las cáscaras de los cítricos y que da el olor característico a las naranjas y los limones. Pertenece al grupo de los limonoides, que constituyen uno de los más amplios grupos que contienen sustancias funcionales y fitonutrientes.
Los carotenoides son pigmentos orgánicos que los seres humanos no pueden sintetizar y debemos obtener a través de la alimentación. Son compuestos de gran importancia por la función biológica que desempeñan, como la pro-vitamina A, un tipo de vitamina liposoluble que contribuye a la buena salud dental y de los tejidos blandos y óseos. Además, tienen actividad antioxidante, de control de crecimiento y diferenciación celular (inhibición de la mutagénesis), de estimulación de la comunicación intercelular, promueven el crecimiento y la activación de los linfocitos T y B e incrementan la actividad de las células “natural killer” fundamentales en el sistema inmune.
Los cítricos, también son una fuente importante de carotenoides, como el betacaroteno y la betacriptoxantina, aunque se presentan en distintos niveles dependiendo del tipo de cítrico, la pulpa de las naranjas presentaría un contenido reducido en carotenoides, caso contrario al de las mandarinas. Aunque el cítrico que más destaca en contenido de carotenoides, y concretamente de licopeno, sería el pomelo rojo. (Tur. A, 2004)
El poder antioxidante de la Dieta Mediterránea es muy elevado, debido a la diversidad de alimentos que la componen, ya que estos alimentos, incluidos los cítricos, son fuente principal de nutrientes antioxidantes (vitaminas y minerales) pero también de compuestos no nutritivos como los fitoquímicos. No obstante, no hay que olvidar el concepto de equilibrio y tenemos que tener presente que los antioxidantes al igual que las vitaminas han de tomarse siempre en su justa medida (Palma y del Río, 2006)
CONCLUSIÓN
Cada vez está más clara la influencia de los antioxidantes naturales en nuestro organismo. Las reacciones químicas de los radicales libre se dan constantemente en las células de nuestro cuerpo y son necesarias para la salud, pero este proceso ha de ser controlado con una adecuada protección antioxidante. Entre los antioxidantes que se ingieren por la dieta destacan las vitaminas y los compuestos fenólicos, principalmente de frutas como los cítricos, que por diversos mecanismos neutralizan los radicales libres.
BIBLIOGRAFÍA
– Palma JM, Corpas FJ, del Río LA. Antioxidantes y su influencia en la dieta. Universidad de Granada (2008)
– Avello M., Suwaslky M. Radicales Libres, Antioxidantes Naturales y Mecanismos de Protección. Atenea 494, II Semana. 2006; pp: 161-172.
– Lini Huo, Rumei Lu, Peiyuan Li, Yanfang Liao, Rui Chen, Chaocheng Deng, Chengsheng Lu, Xiangyong Weia and Yaohua Lia. Antioxidant activity, total phenolic, and total flavonoid of extracts from the stems of jasminum nervosum lour. Grasas y aceites, 62 (2), 2011; pp: 149-154.
– Tur JA. Los antioxidantes en la Dieta Mediterránea. Revista Española de Nutrición Comunitaria. 2004; 10(4) pp: 198-207