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Las isoflavonas de la soja en la prevención de los síntomas asociados a la menopausia

INTRODUCIÓN
La menopausia es una etapa de transición caracterizada por la falta de hormonas sexuales, y por ello se pueden agudizar algunos problemas de salud que son susceptibles de cuidados nutricionales específicos. Con el aumento de la esperanza media de vida de las mujeres, actualmente la menopausia supone más de un tercio de toda la vida de la mujer, que se debe considerar como un evento normal de la misma. En los últimos años, el consumo de soja se ha convertido en un alimento popular para tratar algunos de los efectos que provoca la menopausia (Riobó Serván, 2007). Composición nutricional de la soja Proteínas Son sus componentes más importantes en calidad y en cantidad. Como que la mayoría de las proteínas de origen vegetal, las de la soja son completas, es decir, contienen los ocho aminoácidos esenciales, aunque el contenido de aminoácidos azufrados es bajo. De hecho, la calidad de las proteínas de la soja se puede igualar a las proteínas de origen animal, como las de la carne de ternera y los huevos. Además, el porcentaje de proteínas de la soja es alto (35%) y superior al de alimentos como la carne y los huevos (20% y 12% respectivamente). Isoflavonas Las isoflavonas son un tipo de flavonoides, compuestos polifenólicos de origen vegetal considerados como nutrientes esenciales (es decir, no sintetizables por el organismo humano y que han de obtenerse con la alimentación) y fitoquímicos con propiedades terapéuticas. Las isoflavonas son los fitoquímicos más abundantes de la soja y los de mayor poder terapéutico. Las principales isoflavonas son la genisteína y la daidzeína, que son también las más conocidas por su actividad estrogénica, es decir, por actuar de forma parecida a los estrógenos (hormonas sexuales de tipo femenino producidas por los ovarios que influyen de manera importante la vida de las mujeres). En los productos de la soja se encuentran los precursores (genistina, daidzina y glicitina), que en el intestino se convierten en las isoflavonas (genisteína, daidzeína y gliciteína). La daidzeína, a su vez, es metabolizada a otros dos metabolitos más activos, el equol y la O-desmetilangolensina. El equol es de mayor actividad biológica, incluyendo la acción antioxidante, y es posible aumentar su producción con el consumo continuado de cantidades significativas de soja. Lípidos La soja contiene principalmente ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), de los cuales dos son esenciales: el ácido alfalinolénico y el ácido linoleico. El primero es un ácido graso omega 3, por lo que tiene efectos antiaterogénicos (evita la formación de depósitos de grasa en la pared arterial) y contribuye al efecto de prevención del riesgo cardiovascular de la soja. El ácido linoleico es un ácido graso omega 6, que también tiene una importante función en la prevención del riesgo cardiovascular. Fitoesteroles Los fitoesteroles o esteroles vegetales son esteroles derivados de plantas con estructuras similares y funciones análogas al colesterol de los vertebrados. El interés por los fitoesteroles y, por su forma reducida, los fitoestanoles, deriva del hecho de que son capaces de reducir los niveles de colesterol total y colesterol LDL en plasma, y, como consecuencia, el riesgo cardiovascular. El contenido en esteroles de la soja no es muy elevado, pero puede tener efectos significativos (www.sojaysalud.com). Tratamiento de los trastornos asociados a la menopausia La menopausia se caracteriza por la desaparición de la menstruación debido a la pérdida de la actividad folicular del ovario. Ocurre alrededor de los 45-55 años y se caracteriza por sofocos, baja libido y cambios en la composición corporal de la mujer. Durante décadas, el tratamiento más habitual solía ser el THS (tratamiento hormonal sustitutivo), que consistía en la administración de estrógenos. Sin embargo, estudios científicos recientes han demostrado que pueden causar efectos secundarios a nivel cardiovascular. Por esta razón, se comenzaron a buscar fuentes de estrógeno más naturales. Al estudiar a mujeres japonesas en la postmenopausia se vio que tenían una menor incidencia de síntomas menopáusicos, y se cree que es debido al alto contenido de isoflavonas en la dieta, por el gran consumo de productos derivados de la soja en este país. Por ello se piensa que las isoflavonas en cantidades similares a las que se emplean en la dieta de las mujeres asiáticas pueden proteger frente a los síntomas mencionados anteriormente (Cornelia Charles, 2009). Mecanismo de acción de las isoflavonas Es bien sabido que los sofocos que experimentan las mujeres en la menopausia son debidos a bajos niveles de estrógenos en sangre. Y está demostrado que las isoflavonas reducen los sofocos, pero el verdadero mecanismo de acción aún se desconoce. Una posible explicación podría ser la acción que ejercen sobre los receptores estrogénicos, que son capaces de ligar varios compuestos estructuralmente diferentes, como estrógenos naturales e isoflavonas (Han Kyung K., 2002). Existen dos tipos de receptores estrogénicos, alfa y beta, y las isoflavonas parecen tener mayor afinidad por los beta. Esto puede explicar el efecto positivo sobre el sistema nervioso central, los vasos sanguíneos y el hueso, mientras que apenas tiene efecto sobre la mama y el tejido endometrial (Riobó Serván, 2007). Otra explicación es que las isoflavonas actúan gracias a sus efectos antioxidantes. La isoflavona genisteina es inhibidora de los receptores de tirosina kinasa, que parecen jugar un papel en la actividad del endotelio vascular. Seguridad de la soja en la mujer A partir de la evidencia disponible, puede afirmarse que el consumo de productos alimenticios derivados de la soja es seguro. En una revisión de estudios epidemiológicos, estudios clínicos, datos de exposición en poblaciones con un consumo elevado y estudios toxicológicos, los resultados confirmaron la seguridad de la soja y sus productos derivados. En tratamientos a largo plazo, la soja no alteró el endometrio ni la densidad mamográfica en mujeres postmenopáusicas. Los experimentos in vitro, las observaciones epidemiológicas y la experiencia clínica muestran que debe promoverse el consumo de isoflavonas debido a sus efectos beneficiosos (www.sojaysalud.com). CONCLUSIÓN Además de poseer una composición nutricional realmente interesante, hay evidencias que muestran el beneficio de la soja para los síntomas menopáusicos. Estos beneficios parecen deberse a las isoflavonas que contiene. Aún así, todavía no existe el tratamiento ideal para la menopausia, y son necesarios más estudios para definir las dosis adecuadas de isoflavonas (Riobó Serván, 2007). BIBLIOGRAFÍA –    Riobó Serván, P. ‘Soja y menopausia’. La Salud y La Soja. Grupo Leche Pascual, 2007. ED. Edimsa. Editores Médicos S.A. –    Palou Oliver, A. et al. El libro blanco de los esteroles vegetales en alimentación. Unilever Foods, S.A., 2005. –     Cornelia Charles, B.S., et al. Effects of High-Dose Isoflavones on Metabolic and inflammatory Markersin Healthy Postmenopausal Women, 2009. National Institutes of Health. –    Han Kyung K et. al. Benefits of Soy Isoflavone Therapeutic Regimen on Menopausal Symptoms. Obstetrics & Gynecology, 2002. Volume 99. Issue 3 – p 389-394. –    La soja en la prevención de los síntomas climatéricos, 2009. www.sojaysalud.com.