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La cronobiología de la Obesidad

INTRODUCCIÓN
Según varios estudios modificar los ritmos habituales de dormir o comer y, en definitiva, alterar el reloj interno que todos tenemos, podría generar aumento de peso y hasta obesidad. Todos contamos con el denominado reloj biológico o circadiano, encargado de regular los fenómenos biológicos del organismo que se suceden en espacios regulares de tiempo. La función más conocida es el control de los ciclos de sueño-vigilia, además de varias funciones metabólicas (hormonas como la testosterona o las enzimas hepáticas). Organización del reloj biológico o circadiano La maquinaria principal del reloj se localiza en una estructura del hipotálamo llamada núcleo supraquiasmático. Se sabe también que los genes que componen sus neuronas siguen un ciclo de 24 horas, aunque todavía no se conoce cómo están organizadas. El funcionamiento correcto de estos ritmos circadianos endógenos permite a los organismos predecir y anticiparse a los cambios medioambientales, así como adaptar temporalmente sus funciones conductuales y fisiológicas a estos cambios. En humanos, los hábitos sociales actuales, tales como la reducción del tiempo de sueño y el incremento de irregularidad interdiaria del sueño-vigilia (jet-lag, trabajo por turnos y un aumento de la exposición a la luz brillante durante la noche), actúan sobre el cerebro induciendo una pérdida de la percepción de los ritmos internos y externos. Actualmente, existen estudios que sugieren que la interrupción o desincronización interna del sistema circadiano, puede contribuir a las manifestaciones del síndrome metabólico y complicaciones que aparecen con la obesidad, como dislipidemia, intolerancia a la glucosa, disfunción endotelial, hipertensión, diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular, entre otras. La cronobiología (ciencia que estudia los cambios que presenta el individuo a lo largo del tiempo) está implicada en la mayoría de estas alteraciones (Garaulet, M, 2009). De hecho, es bastante conocido el control circadiano de la función cardiovascular, así como de hormonas involucradas en el metabolismo (insulina, glucagón, hormona del crecimiento y cortisol) y la obesidad (leptina y grelina).  Todos estos ritmos diarios pueden estar implicados en las señales de hambre y saciedad, los horarios de comidas y finalmente en el grado de obesidad. Los relojes periféricos: el tejido adiposo El marcapasos central o núcleo supraquiasmático, a su vez, sincroniza la actividad de varios relojes periféricos fuera de dicho núcleo, mediante la secreción cíclica de hormonas y la actividad del sistema nervioso vegetativo. La diferencia entre el mantenimiento del orden interno temporal saludable y no saludable, provoca lo que se conoce como cronodisrupción, que depende entre otros efectos, de que los relojes periféricos produzcan ritmos ordenados por el marcapasos central (Gómez-Abellán et al,2011). Estudios recientes, muestran que la regulación del sistema circadiano intracelular no solo reside en el cerebro, sino que determinados tejidos periféricos como corazón, hígado y páncreas entre otros, presentan sus propios relojes, capaces de funcionar de forma autónoma, mediante la expresión circadiana de sus genes reloj, aunque modulados y sincronizados por el reloj central (Reppert, SM, 2002). El tejido adiposo, como tejido periférico, posee genes reloj que juegan un papel fundamental en la fisiología del propio tejido, regulando la expresión rítmica de sustancias bioactivas secretadas como son las adipoquinas (adiponectina, leptina y resistina, entre otras) y que por lo tanto afectan el metabolismo sistémico. Investigaciones recientes muestran la importancia que tiene el funcionamiento correcto de los genes reloj del tejido adiposo y el efecto de su desincronización en el desarrollo de ciertas enfermedades como la obesidad. Durante el transcurso de las 24 horas del día, el adipocito debe ajustar recíprocamente las tasas de síntesis (lipogénesis) y almacenaje de triglicéridos con las tasas de degradación (lipólisis) de los mismos. Recientemente el grupo de investigación de la profesora P. Gómez-Abellán et al.(2012), ha demostrado la relación entre los genes reloj del tejido adiposo y diferentes genes implicados en el metabolismo de este tejido. De hecho, han podido demostrar en pacientes obesos mórbidos, que la expresión circadiana de los genes reloj se relaciona con el contenido de grasa abdominal y determinados factores de riesgo cardiovascular, como son las concentraciones plasmáticas de LDL (lipoproteína de baja densidad), de colesterol total y la circunferencia de la cintura. Evidencias epidemiológicas Existen otras muchas evidencias epidemiológicas de la relación existente entre obesidad y aspectos cronobiológicos. Uno de los descubrimientos más importantes es que el trabajo por turnos es un factor de riesgo independiente en el desarrollo de la obesidad y el síndrome metabólico. Además, se observa que los trabajadores por turnos presentan valores aumentados de glucosa plasmática, insulina y triglicéridos como respuesta metabólica postprandial que se asocian con la alteración de la ritmicidad circadiana de melatonina (hormona relacionada con el ciclo del sueño). Junto al trabajo por turnos, se han encontrado resultados interesantes relacionando los desórdenes del sueño ocasionados por el jet-lag con la obesidad. El jet-lag, no siendo en sí mismo una enfermedad, es capaz de alterar la función normal del sistema circadiano. Por último, se ha observado que las personas que duermen poco muestran reducidos los valores circulantes de leptina (hormona anorexigénica= disminuye el apetito) y elevados los valores de grelina (hormona orexigénica= aumenta el apetito). Esta situación es especialmente relevante en niños que duermen poco, y los efectos de este acortamiento del sueño parecen variar según del día de la semana o la estación del año que se produzca. Cronodisrupción: el sistema circadiano funciona mal Durante estos últimos años, en la ciencia de la cronobiología se ha introducido un nuevo término, la cronodisrupción o interrupción circadiana, que puede ser definida como una relevante perturbación del orden temporal interno de los ritmos circadianos fisiológicos, bioquímicos y del comportamiento. Podría definirse como la ruptura de la sincronización entre los ritmos circadianos internos y los ciclos de 24 horas medioambientales. La cronodisrupción se produce por varias situaciones anteriormente comentadas como el jet-lag y el trabajo por turnos, pero también por otras como la contaminación lumínica nocturna o la realización de actividades lúdicas preferentemente durante la noche. Con todo esto, la cronodisrupción está relacionada con un aumento del riesgo de desarrollar ciertas enfermedades o el empeoramiento de patologías preexistentes como el envejecimiento prematuro, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad y el síndrome metabólico. Por todo lo comentado anteriormente, podemos decir que la cronobiología pudiera ser una valiosa herramienta en el futuro tratamiento de la obesidad y el síndrome metabólico mediante el uso de la cronoterapia (regular la exposición al sol, correctas horas de sueño, horario regular de las comidas)(Martínez-Carpio PA et al., 2004). CONCLUSIÓN A lo largo de este artículo se ha intentado explicar la estrecha relación entre los ritmos circadianos y enfermedades no transmisibles como la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico que tanto daño provocan en los individuos. Un mal funcionamiento de estos ritmos favorece la aparición de dichas enfermedades. La utilización de terapias farmacológicas destinadas a la restauración de ritmos circadianos normales, así como la exposición regular a sincronizadores ambientales como la luz, el horario de comidas, y el ejercicio físico podría reflejar una solución a la desincronización del sistema circadiano. BIBLIOGRAFÍA – Garaulet M, Madrid JA. Chronobiology, genetics and metabolic syndrome. Curr Opin Lipidol. 2009; 20:127-34. Review – Gómez-Abellán P, Madrid JA, Luján JA, Frutos MD, Ordovás JM, Garaulet M. Sexual dimorphism in clock genes expression in human adipose tissue from different depots. Obes Surg. En prensa 2011 – Reppert SM, Weaver DR. Coordination of circadian timing in mammals. Nature. 2002; 418: 935-41. – Gómez-Abellán P et al. Aspectos cronobiológicos de la Obesidad y el Síndrome metabólico. Endocrinol Nutr. 2012; 59(1):50-61 – Martínez-Carpio PA et al. Introducción general a la cronobiología clínica y a la manipulación terapeútica de los ritmos biológicos. Med. Clinical. 2004; 123(6): 230-5