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La cerveza: los efectos de su consumo moderado

INTRODUCCIÓN

La cerveza es una bebida natural obtenida por fermentación alcohólica de un extracto acuoso de cebada malteada. En los últimos años ha aumentado el interés por conocer los efectos sobre la salud de su consumo moderado, debido a las cantidades apreciables de nutrientes y compuestos vegetales secundarios que aporta esta bebida alcohólica fermentada.

Según la mitología egipcia, fue Osiris, dios de la agricultura, quien enseñó a la humanidad el arte de fabricar cerveza. La cerveza egipcia se producía introduciendo cebada en recipientes de germinación y posteriormente se producía una fermentación por la acción de levaduras naturales.

Los primeros bebedores de cerveza fueron los sumerios. Alrededor del 7.000 a.C. ya conocían perfectamente su técnica de preparación. La bebida fermentada de los sumerios estaba hecha de trigo y erner, un cereal de tipo primario. En el 4.000 a.C. los babilonios ya disponían de veinte clases distintas de cervezas, siendo la variedad negra, elaborada con cebada, una de las más populares.

Características nutricionales de la cerveza

Las materias primas necesarias para la fabricación de cerveza son cuatro: malta de cebada, agua, levadura y lúpulo, aunque algunos tipos de cerveza utilizan otras fuentes de hidratos de carbono. No obstante cualquier cerveza contiene más de 400 componentes; muchos de los cuales proceden de las materias primas y no han sufrido modificaciones en el proceso de elaboración, mientras que otros, como el alcohol etílico y el anhídrido carbónico son consecuencia de la transformación experimentada por las materias primas (Serra Majem y Aranceta Bartrina, 2003). De todos sus componentes se pueden destacar los siguientes:

• Lúpulo: La cerveza es la única bebida alcohólica que contiene lúpulo, un sedante suave y amargo, estimulante del apetito.
• Malta: Le proporciona a la cerveza los hidratos de carbono, minerales, elementos trazas y los ácidos orgánicos y vitaminas importantes para la vida.
• Agua: Es el mayor y más importante componente de la cerveza, con unos 92 g/l. El poder refrescante de la cerveza se debe, tanto a su alto contenido de agua, como a los minerales que contiene.
• Compuestos proteicos: La cerveza es realmente pobre en contenido proteico, sin embargo contiene todos los aminoácidos esenciales y muchos no esenciales, lo que hace que sea un suplemento valioso para una dieta de bajo contenido proteico.
• Minerales y elementos trazas: La cerveza contiene más de 30 minerales entre elementos trazas, la mayoría de éstos se originan en la cebada malteada. Un litro de cerveza satisface casi la mitad de las necesidades diarias de magnesio de un adulto, y un 40% y 20% respectivamente de las necesidades diarias de fósforo y potasio.
Por ser rica en potasio y baja en sodio, es diurética. Asimismo, su contenido bajo en calcio y rico en magnesio, le aporta propiedades preventivas contra todo tipo de enfermedades del corazón y contra la formación de cálculos y piedras en las vías urinarias.
• Vitaminas: La cerveza contiene todas las vitaminas importantes del grupo B, además de las vitaminas A, D y E. Por ejemplo, con un litro de cerveza se cubre el 35% de la necesidad diaria de Vitamina B6, el 20% de la de B2 y el 65% de la de niacina. Un litro de cerveza contiene cerca de 210 mg de vitaminas y de compuestos similares.
• Gas carbónico: Junto con el alcohol y el lúpulo, el anhídrido carbónico contribuye a que la cerveza carezca de microorganismos patógenos. La cerveza contiene aproximadamente 0,5 g de C02 por 100 g. de cerveza, lo que le proporciona una característica refrescante. Además, el gas carbónico favorece la circulación sanguínea de la membrana mucosa bucal, promueve la salivación, estimula la formación de ácido en el estomago y acelera el vaciado de estómago, todo ello favorable para una buena digestión.
• Polifenoles: El contenido, del orden de 150-153 mg, es relativamente alto. Los polifenoles son efectivos contra las enfermedades circulatorias y el cáncer.

Desde el punto de vista científico, el alcohol no es considerado como un nutriente, ni por tanto, las bebidas alcohólicas se consideran alimentos. En el caso de la cerveza, se considera que tiene un bajo contenido alcohólico y un contenido considerable de nutrientes (Romea et al., 2006) con un contenido energético medio de 32 kcal/100 ml (tabla 1).

Tabla 1. Aporte de energía y nutrientes en 100 ml de cerveza

Energía (Kcal)32Zinc (mg)0,02
Proteínas (g)0,3Tiamina (mg)Tr
Lípidos (g)0Riboflavina (mg)0,03
Carbohidratos (g)2,4Niacina (mg)0,4
Alcohol (g)3,1Fólico (mcg)4,1
Calcio (mg)7Vitamina B12 (mcg)0,14
Hierro (mg)0,1Vitamina C (mg)0
Yodo (mcg)0Vitamina A (mcg)Tr
Magnesio (mg)6Vitamina D (mcg)0

Fuente: (Serra Majem y Aranceta Bartrina, 2003)

La aportación calórica de la cerveza es baja respecto a otros alimentos, según se observa en la Tabla 2.

Tabla 2. Comparación aporte calorífico entre distintos alimentos

AlimentosEnergía (Kcal/kg)Grasa (g/kg)Colesterol (g/kg)
Arroz35106,20
Otras bebidas alcohólicas243000
Atún y bonito24201550,45
Café18301280
Huevo16701125,82
Sárdinas135051,80,52
Plátanos8101,80
Vino tinto78000
Champán70000
Zumo/ nec. de uva68000
Yogur660320,10
Leche entera575320,08
Melones54000
Peras4502,90
Zumo /nec. de naranja4502,30
Cerveza45000
Naranjas44022

Fuente: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación “La alimentación en España, 1995”.

Avances recientes sobre el estudio de la cerveza

– Efecto del  consumo moderado sobre la composición corporal
Dentro del concepto de consumo moderado, se pueden diferenciar, según González-Gross et al. (2000) cinco contextos diferentes:

• Moderado en el sentido no tóxico: se refiere a los efectos del alcohol que pueden resultar inmediatamente nocivos para la salud, como accidentes de tráfico y actos violentos.
• Moderado en el sentido de estadísticamente normal: se refiere a la cantidad media equiparable a la que consumen los bebedores de alcohol de una población dada.
• Moderado en el sentido de no perjudicial: describe las consecuencias médicas en relación con las enfermedades asociadas al consumo de alcohol.
• Moderado en el sentido de sin problemas: engloba tanto aspectos sanitarios como parámetros sociales (relaciones personales, capacidad laboral, etc.)
• Moderado en el sentido de óptimo: se refiere a aquella cantidad de alcohol asociada al menor riesgo de mortalidad en la población.

Además hay otras variables como edad, sexo, nivel de estudios, ingresos, patrón de consumo, tolerancia al alcohol, etc. que contribuyen de diferente medida a la definición de consumo moderado de alcohol. Según González-Gross et al. (2000) el límite inferior de ingesta moderada de alcohol se encuentra entre 2,7 y 52,4 g/ día, mientras que en el límite superior se encuentran valores entre 24 y 182 g/ día.

En un estudio reciente de intervención a corto plazo, en el que se ha investigado los efectos del consumo de cerveza sobre el peso corporal en población adulta sana, se sugiere que el consumo moderado de bebidas fermentadas de baja graduación alcohólica no provoca un aumento de peso corporal, al no haberse observado variaciones ni en el peso corporal, índice de masa corporal, pliegues cutáneos e índice cintura/cadera (Romeo et al., 2007a).

Efectos en el sistema inmunológico en adultos sanos
Es bien sabido que un consumo de alcohol excesivo deprime el sistema inmune; pero la cerveza consumida de forma moderada por adultos sanos (equivalente a 330 ml/día de cerveza en mujeres y 660 ml/día de cerveza en hombres) puede mejorar la respuesta inmune contra patógenos externos, es decir, los agentes responsables de desarrollar enfermedades infecciosas (Romeo et al., 2007b). En concreto, un consumo moderado de cerveza puede producir una mejora en el sistema inmune, al compararlo con la abstinencia total o el consumo excesivo. Estos efectos positivos no sólo se deben al bajo contenido alcohólico sino también a los antioxidantes y a los demás componentes de este tipo de bebidas.

Efectos en el perfil lipídico en adultos sanos
Según pone de manifiesto otro estudio de Romeo et al. (2007c), el consumo moderado de cerveza tiene un efecto positivo sobre el contenido de colesterol HDL (high density lipoprotein, en español lipoproteínas de alta densidad o ‘colesterol bueno’), siendo mayor este efecto en mujeres que en hombres. Este aumento de colesterol HDL está asociado a las propiedades cardiovasculares positivas, ya que este tipo de lipoproteínas intervienen en el transporte inverso del colesterol, el único proceso por el que el colesterol de los tejidos periféricos es transportado hacia el hígado para ser metabolizado o excretado del organismo. Las concentraciones de HDL son inversamente proporcionales al riesgo de desarrollo de ateriosclerosis.

CONCLUSIÓN

A nivel de producción mundial, España es la novena potencia cervecera superada por Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, China, Brasil, Japón, México y Rusia. Según la última publicación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ‘La alimentación en España 2007’, frente a esos elevados niveles de producción, los niveles de consumo se encuentran claramente por debajo de los promedios europeos. España aparece en el décimo lugar por consumo per cápita de cerveza dentro de la Unión Europea, aunque durante los últimos años las diferencias han tendido a disminuir. El consumo total de cerveza en España es de 58,5 litros por persona y año, siendo el consumo en bares, restaurantes y hoteles el más importante, pues representa el 73,7% del consumo total.

Como se ha visto en este artículo, el consumo moderado de cerveza puede mejorar la calidad de la dieta al contribuir a la ingesta de vitaminas del grupo B y de magnesio, además de producir unos efectos beneficiosos sobre el sistema inmunológico y cardiovascular. Según datos del Centro de Información Cerveza y Salud, el consumo moderado de cerveza se puede cifrar en 250 ml/día para las mujeres y 500 ml/día para los varones. Asimismo es preferible consumir la cerveza junto con alimentos sólidos, hecho que entre la población española se ha convertido en una buena costumbre.

BIBLIOGRAFÍA

• González-Gross, M., Lebrón, M.R. y Marcos, A. (2000) Revisión bibliográfica sobre los efectos del consumo moderado de cerveza sobre la salud. Centro de Información Cerveza y Salud. Madrid. 51 p.
• Romeo, J., Díaz L.E., González-Gross, M., Wärnberg, J., y Marcos, A. (2006) ¿Contribución a la ingesta de macro y micronutrientes que ejerce un consumo moderado de cerveza. Nutr Hosp., 21(1). p. 84-91.
• (a)Romeo, J., González-Gross, M., Wärnberg, J., Díaz L.E. y Marcos, A. (2007) ¿Influye la cerveza en el aumento de peso? Efectos de un consumo moderado de cerveza sobre la composición corporal. Nutr Hosp., 22(2). p. 223-228.
• (b)Romeo J., Wärnberg, J., Nova, E., Díaz, L.E., González-Gross, M. y Marcos, A. (2007) Changes in the Immune System after Moderate Beer Consumption. Ann Nutr Metab, 51. p. 359-366.
• (c)Romeo, J., González-Gross, M., Wärnberg, J., Díaz L.E. y Marcos, A. (2007) Effects on moderate beer consumption on blood lipid profile in healthy Spanish adults. Nutrition, Metabolism and Cardiovascular diseases, August. p. 1-8.
• Serra Majem, L. y Aranceta Bartrina, J. (2003) La cerveza en la alimentación de los españoles: relación entre el consumo de cerveza y el consumo de energía y nutrientes, el índice de masa corporal y la actividad física en la población adulta española. Centro de Información Cerveza y Salud. Madrid. 89 p.