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Efectos beneficiosos del café sobre el organismo


IINTRODUCCIÓN

La planta del café pertenece al género Caffea y se denomina cafeto. Es un arbusto de tronco recto y liso, hojas perennes de color verde brillante y flores blancas que a los tres días de florecer dan paso al fruto. El cafeto requiere unas condiciones especiales de humedad y calor para su crecimiento y floración, de ahí que la zona idónea para su cultivo sea entre el trópico de Cáncer y Capricornio.
Las dos principales variedades que se consumen son:

– Arábica (Caffea arabica). Es la especie más antigua que se conoce (S.VII) y supone las tres cuartas partes de la producción mundial. Es una variedad muy apreciada por su fuerte aroma, acidez y sabor delicado. Se produce principalmente en Latinoamérica, África Central y Oriental e India.

– Robusta (Caffea caneophora o robusta). Descubierta en Zaire en 1895, es una planta fuerte y resistente que crece en regiones húmedas de escasa altitud. Este café se caracteriza por su fuerte cuerpo, sabor y menor grado de acidez. Puede encontrarse en África Occidental y Sudeste Asiático.

El café se cultivaba en Yemen en el siglo VI, pero hasta el siglo VII no comenzaron a tostarse los granos y a hacerse con ellos algo parecido a la bebida que hoy conocemos. No será conocido en Europa hasta 1450, y es a mediados del siglo XVIII cuando su consumo se generaliza en toda Europa.

El café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo. En España, muestra una tendencia al alza en los últimos 20 años. Así, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), en 1988 se compraban al año 128 millones de kilogramos y en 2008 esta cifra aumentó a 138 millones de Kg. El consumo per cápita alcanza los 3,9 Kg al año en términos de café verde.

Componentes del café
El café es un producto de origen vegetal que, como tal, presenta una serie de componentes similares a otros encontrados en frutas y verduras, en cacao o en el té.
El principio activo del café que más se ha estudiado hasta la fecha es la cafeína, pero al margen de ella, la presencia en el café de otras muchas sustancias como minerales, antioxidantes y fibra hacen que, dependiendo de las cantidades consumidas y de su regularidad, el café pueda llegar a ser considerado un ‘alimento funcional’. Los alimentos funcionales se suelen consumir dentro de la dieta normal, pero presentan algún componente biológicamente activo que aporta beneficios para la salud y reduce los riesgos de enfermedades.
El café está compuesto por más de mil sustancias químicas, incluyendo aminoácidos y otros compuestos nitrogenados, polisacáridos, azúcares, triglicéridos, diterpenos, ácidos, compuestos fenólicos, cafeína, sustancias volátiles, vitaminas y minerales.

Con respecto a los antioxidantes, destaca el ‘ácido caféico’, compuesto fenólico que está presente en muchos alimentos como un derivado llamado ácido clorogénico. Se ha demostrado que tanto estos compuestos como los productos relacionados ejercen efectos saludables. La máxima actividad antioxidante se observa en el café medianamente tostado (Capel et al, 2010).

Café y salud mental
La cafeína del café, la teofilina del té y la teobromina del chocolate son los componentes mayoritarios de estas bebidas. Son unas moléculas parecidas que pertenecen a la familia de las metilxantinas. Su mecanismo de actuación consiste en bloquear la acción de la adenosina. La adenosina se encuentra presente en todo nuestro organismo; se considera una hormona fuera del sistema nervioso y, en el sistema nervioso central, un neurotransmisor que contribuye a disminuir la actividad neuronal. El efecto de las metilxantinas sería bloquear este efecto sedante y ejercer un efecto estimulador. Esta sería la explicación, a grandes rasgos, de por qué el café o el té ayudan a combatir el sueño.

La cafeína es un psicoestimulante dado que su ingesta da lugar a gran variedad de sensaciones subjetivas como el bienestar, la motivación, la confianza, la concentración, etc. Los beneficios de la cafeína sobre la atención se han demostrado con numerosos estudios, no así sobre la memoria, cuyos efectos sólo son significativos cuando las capacidades están disminuidas debido a alguna enfermedad (Franco et al., 2009).

Café, cafeína y enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad que se caracteriza por la aparición de temblores, dificultad en la marcha, el movimiento y la coordinación. Se produce por la neurodegeneración de un área cerebral denominada sustancia negra, que conduce a la desaparición de neuronas productoras de uno de los principales neurotransmisores del cerebro, la dopamina. Estudios epidemiológicos diversos encontraron una relación inversa entre el consumo de cafeína y el riesgo de desarrollar Párkinson, aunque las razones del efecto protector no se saben con certeza (Franco et al., 2009).

La adenosina, mencionada anteriormente, antagoniza la acción de la dopamina. Mientras que el balance dopamina/adenosina es conveniente en personas sanas, no ocurre lo mismo en parkinsonianos. Al antagonizar los efectos de la dopamina, la adenosina agrava más la carencia de dopamina en el cuerpo estriado de los enfermos.  Como se ha comentado, no se sabe por qué la cafeína reduce el riesgo de padecer Parkinson, pero lo que sí se sabe es que la cafeína es un antagonista de los receptores de adenosina, puesto que los receptores de adenosina cerebrales son la diana principal de los efectos farmacológicos de los psicoestimulantes como la cafeína. En conclusión, la cafeína podría prevenir la enfermedad de Parkinson debido al bloqueo de los receptores de adenosina (Capel et al, 2010).

Café, cafeína y Alzheimer
El consumo crónico de una sustancia psicoactiva como la cafeína hace suponer  que pueda tener un efecto sobre la cognición y sobre la probabilidad de tener Alzheimer.  Aunque se considera una enfermedad de déficit de otro de los principales neurotransmisores, la acetil colina, las patologías subyacentes en los diferentes tipos de Alzheimer no están tan bien definidas como en el caso del Parkinson.

Un estudio epidemiológico de gran envergadura, por el número de personas seguidas y el número de variables analizadas, se ha hecho público recientemente. Se utilizaron los mismos sujetos que estaban controlados dentro de otro estudio sobre riesgo de enfermedades cardiovasculares, envejecimiento y demencia. Se siguieron a más de 1400 personas, de edades entre 65 y 79 años, y cuya evolución vital y sanitaria se siguió durante 21 años. Tras ajustar los datos según el estilo de vida, los factores demográficos, los factores vasculares, etc., las personas que tomaban café de manera habitual tuvieron menos riesgo de tener Alzheimer. El riesgo se asoció a consumidores moderados, es decir, a personas que tomaban entre 3 y 5 tazas al día (Franco et al., 2009).

Efectos del consumo de café relacionados con el deporte
A las personas habituadas a su consumo, en general, el café les hace sentirse mejor a nivel físico y psicológico, y tolerar con más facilidad las situaciones de cansancio de la vida cotidiana y derivadas del ejercicio físico. Un metaanálisis realizado en 2005 llega a la conclusión de que la cafeína reduce la percepción del esfuerzo durante el ejercicio en un 5,6%, mejora el rendimiento y actúa de esta manera como una posible ayuda (ergogénica). Las dosis de consumo habitual de café de unas 3 tazas diarias pueden ser suficientes para conseguir los efectos planteados.

El efecto ergogénico demostrado de la cafeína es multifactorial y puede explicarse en parte por una mayor capacidad contráctil, que actúa a través del transporte de calcio en la membrana muscular. También disminuye la percepción del cansancio y mejora la tolerancia al esfuerzo. La disminución del cansancio se debe en parte a que actúa, como ya hemos dicho, como antagonista sobre los receptores de adenosina. Esto potencia la acción de las catecolaminas y causa muchos de sus efectos a nivel cardiovascular (Franco et al., 2009).

CONCLUSIÓN
El posible impacto que determinados factores y componentes dietéticos tienen tanto sobre el desarrollo de enfermedades como en su prevención es un campo de investigación de enorme importancia. El café, tal como se consume en la actualidad, es una bebida con múltiples efectos sobre el organismo y sus sistemas, provocados no sólo por uno de sus componentes más conocidos, la cafeína, sino también por una variedad considerable de otras sustancias. No obstante, es necesario investigar en mayor profundidad ciertos aspectos desconocidos, en este sentido, hasta el momento.

BIBLIOGRAFÍA
– Franco, R., de la Figuera, M., Lizarraga, M.A. (2009). Efectos del café sobre el organismo. Publicación Oficial de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. Vol. 41. Núms. 10,11,12.

– Capel, J.C., de la Figuera, M., Franco, R., Lizarraga, M.A., Pérez, J., Riobó, P. (2010). Café y estilo de vida cardiosaludable. Editores Médicos, S.A.