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Efecto de los prebióticos en la salud
Los prebióticos son sustancias de la dieta (fundamentalmente polisacáridos no amiláceos y oligosacáridos no digeribles por enzimas humanas) que nutren a grupos seleccionados de microorganismos, entre ellos microorganismos probióticos, que habitan en el intestino favoreciendo el crecimiento de bacterias beneficiosas sobre las nocivas.
La fermentación selectiva de los prebióticos produce unos cambios específicos en la composición y/o actividad de la microbiota intestinal, proporcionando de esta forma una serie de beneficios sobre la salud del huésped (Gibson et al., 2010). Por lo tanto, la ingestión de ingredientes alimentarios con propiedades prebióticas conocidas puede modular positivamente la microbiota intestinal (Roberfroid et al., 2010).
Como prebióticos más usados destacan la inulina, fructooligosacáridos (FOS), galactooligosacáridos (GOS), oligosacáridos de soja, xylo-oligosacáridos, pirodextrinas, isomalto-oligosacáridos y lactulosa. (Macfarlane et al., 2006).
De entre todos los ingredientes alimentarios, los carbohidratos no digeribles (fructanos tipo inulina y FOS; GOS, lactulosa y oligosacáridos) son los candidatos más importantes para ser considerados como prebióticos. Estos carbohidratos prebióticos pueden estar presentes de forma natural en alimentos como la leche y la miel, así como en hortalizas, verduras, frutas, cereales, legumbres y frutos secos, entre otros.
Existen prebióticos que presentan propiedades beneficiosas en patologías como el cáncer, la obesidad, enfermedades cardiovasculares y degenerativas, tal y como se pone de manifiesto en estudios llevados a cabo en humanos.
Así mismo, los prebióticos poseen características tecnológicas y nutricionales que les hacen aptos para ser empleados como ingredientes funcionales en productos lácteos, cereales, productos infantiles, etc.
Actualmente los consumidores están cada vez más concienciados de la relación que existe entre dieta y salud, lo que ha impulsado el desarrollo y la comercialización de alimentos funcionales con propiedades beneficiosas. Existe una gran variedad de compuestos con una determinada actividad funcional y que se podrían utilizar como ingredientes alimentarios o suplementos dietéticos. De todos ellos, los prebióticos son los que han provocado un mayor interés en los últimos años, probablemente debido a la gran incidencia de patologías relacionadas con la función gastrointestinal. El mercado de los alimentos funcionales es muy variado y concretamente el de los prebióticos ha ido creciendo progresivamente.
A día de hoy hay numerosos prebióticos que se encuentran en fase de estudio para poder establecer sus posibles efectos adversos, su eficacia y actividad.
Efecto de los prebióticos en la flora intestinal y en la prevención de enfermedades
Algunos estudios sugieren que los prebióticos podrían ejercer efectos fisiológicos beneficiosos para la salud y el bienestar del organismo, en relación con su capacidad para modular la microbiota intestinal. Estos efectos pueden ser ejercidos no solo en el colon, sino también en todo el organismo contribuyendo a reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades intestinales o sistémicas.
A continuación, se detallan los principales efectos beneficiosos descritos hasta ahora de los carbohidratos prebióticos sobre distintas enfermedades:
Prebióticos y el síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable se ha descrito como un desorden funcional del colon que se manifiesta con síntomas como el dolor abdominal, malestar, distensión, sensación de hinchazón, flatulencia y cambios variables en la frecuencia y en la forma de las deposiciones.
No existen evidencias suficientes para afirmar que los carbohidratos prebióticos son adecuados para el tratamiento o la mejoría de la sintomatología en esta enfermedad. Por tanto, son necesarios más estudios para determinar el papel de los prebióticos en la fisiopatología y mejoría de los síntomas en el síndrome del intestino irritable (Steed y Macfarlane, 2009).
Prebióticos, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa
En la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa existe una inflamación de la pared intestinal que se manifiesta por síntomas como diarrea, dolor abdominal, fiebre, pérdida de peso y formación de fistulas. En el desarrollo de estas dos enfermedades inflamatorias, parecen estar implicados factores genéticos y ambientales, pero el papel de la microbiota intestinal en su origen aún está por dilucidar.
Algunos estudios en animales de experimentación han descrito que se ha observado que la ingesta de prebióticos produce un descenso en los niveles de marcadores inflamatorios, mejorando la inflamación de la mucosa intestinal. En algunos ensayos en humanos se ha observado que la ingesta de determinados prebióticos se asocia con mejoría (Rastall, 2010).
Prebióticos e infecciones intestinales
Los prebióticos también podrían tener un efecto protector frente a infecciones intestinales.
Se han descrito varios mecanismos, uno de ellos se basa en la liberación, por parte de muchas especies de lactobacilos y bifidobacterias, de agentes antimicrobianos de amplio espectro de acción. También se han usado prebióticos conjuntamente con probióticos, obteniendo muy buenos resultados de inhibición de microorganismos patógenos (Lamsal, 2012).
Prebióticos y cáncer de colon
La posible protección que ejercen los prebióticos frente al cáncer de colon está relacionada con la producción de metabolitos como los ácidos grasos de cadena corta, especialmente butirato y propionato, en la fermentación por parte de la microbiota intestinal. Se ha descrito que tienen propiedades anti-inflamatorias que pueden jugar un papel en la génesis del cáncer de colon (Gibson et al., 2010).
Prebióticos y enfermedades cardiovasculares
La obesidad y la dieta están relacionadas directamente con la aterosclerosis, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2; diversos experimentos con animales han demostrado la capacidad de los prebióticos para influir en los niveles de lípidos sanguíneos (Younis et al., 2015).
Los carbohidratos prebióticos reducen la presión arterial, los niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos y fosfolípidos en sangre; además de la síntesis de triglicéridos y ácidos grasos en el hígado minimizando el riesgo de desarrollar diabetes, obesidad y ateroesclerosis (Manning y Gibson, 2004).
Se ha demostrado que el consumo de un tipo concreto de prebióticos (inulina) puede ayudar a mejorar el perfil lipídico, sin embargo, los mecanismos propuestos así como la evidencia experimental siguen siendo controvertidos. Por lo tanto es necesario llevar a cabo más estudios con el fin de establecer la ingesta diaria recomendada de inulina para la prevención y/o tratamiento de enfermedades cardiovasculares (Manning y Gibson, 2004).
Prebióticos y densidad mineral ósea
Los prebióticos favorecen la absorción de minerales (calcio, magnesio, zinc y hierro) en el intestino grueso, ya que cuando estos no son absorbidos en el intestino delgado los prebióticos se unen a ellos permitiendo su posterior absorción en el intestino grueso (Manning y Gibson, 2004).
Prebióticos y obesidad
Los carbohidratos prebióticos reducen la presión arterial, así como los niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos y fosfolípidos en sangre; además de la síntesis de triglicéridos y ácidos grasos en el hígado minimizando el riesgo de desarrollar obesidad (Manning., et al 2004).
Aplicaciones alimentarias de los prebióticos
Los prebióticos presentan interesantes propiedades nutricionales y adecuadas características tecnológicas que les hacen aptos para poder ser incluidos como ingredientes funcionales. Algunos de estos prebióticos se encuentran de forma natural en frutas y verduras, otros se obtienen del procesado industrial.
Los prebióticos pueden aportar un doble beneficio, mejorando la calidad organoléptica y equilibrando la composición nutricional del producto en cuestión (Huebner et al., 2008).
Conclusiones
La introducción en la dieta de compuestos funcionales como los prebióticos parece ser una alternativa para mejorar la calidad de vida de personas que padecen obesidad, cáncer, enfermedades cardiovasculares y degenerativas. Actualmente los prebióticos se están incorporando a una gran variedad de alimentos como ingredientes funcionales, sin embrago, aún es necesario seguir investigando para generar mayor conocimiento sobre su funcionalidad.
Bibliografía
1. Gibson, G. R., Scott, K. P., Rastall, R. A., Tuohy, K. M., Hotchkiss, A., Dubert-Ferrandon, A., & Macfarlane, S. (2010). Dietary prebiotics: current status and new definition. Food Science and Technology Bulletin Functional Foods, 7, 1-19.
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