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Alimentación, Nutrición y Deporte
La actividad física de los deportistas provoca un aumento en sus necesidades energéticas y de hidratación. Por ello, es importante que sigan una dieta equilibrada que tenga en cuenta la intensidad y tipo de actividad, la duración del ejercicio, la edad, el sexo y composición corporal, la temperatura del ambiente y el grado de entrenamiento del deportista en cuestión. Así lo confirma el monográfico “Alimentación, nutrición e hidratación en el deporte” publicado por el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte.
Lamentablemente, no existen alimentos perfectos que contengan todos los nutrientes y en la cantidad requerida por el cuerpo humano, por eso es necesario combinar diariamente alimentos que pertenezcan a los siete grupos de alimentos existentes.
Los hidratos de carbono constituyen el principal combustible para el músculo durante la práctica de actividad física, por ello es muy importante que en la dieta del deportista supongan alrededor de un 60-65% del total de la energía del día. En el caso de las grasas, deberían ser en torno al 20-30% de las calorías totales de la dieta.
Las proteínas, por su parte, son las sustancias que forman la base de nuestra estructura orgánica, por eso se recomienda que las proteínas supongan alrededor del 12-15% de la energía total de la dieta. También son importantes las vitaminas y los minerales para mantener un buen estado de salud, ya que intervienen en los procesos de adaptación que tienen lugar en el cuerpo durante el entrenamiento y el periodo de recuperación.
Además de los alimentos y nutrientes que consume, el deportista también debe tener en cuenta la cantidad y frecuencia en la alimentación. La mejor dieta para el deportista debería constar de entre 4–5 comidas a lo largo del día, intentando tomar algún alimento unas dos horas antes del ejercicio, y al finalizar el esfuerzo. La distribución energética de un día normal podría ser la siguiente: desayuno: 15-25%, comida: 25-35%, merienda: 10-15%, y cena: 25-35%. Si el deportista va a participar en una competición se recomienda una comida (3-4 horas antes del evento) rica en hidratos de carbono, pobre en grasas, proteínas y fibra, sin muchos condimentos, y evitando experimentar con alimentos o platos nuevos.
El otro aspecto fundamental para contribuir al correcto funcionamiento del organismo es la hidratación. Para ello las bebidas deportivas son muy adecuadas, ya que sirven para reemplazar las pérdidas de electrolitos y de líquidos que se producen por el sudor. Lo recomendable es que el deportista tome unos 400-600 ml de agua o bebida deportiva 1-2 h antes del ejercicio. Posteriormente deben consumir líquidos a intervalos regulares, y al final del esfuerzo será fundamental la correcta rehidratación del organismo.
Por tanto, el deportista tiene una importante responsabilidad con respecto a su hidratación y nutrición, ya que no atender a sus necesidades e incluso a las condiciones atmosféricas puede provocar déficits en el organismo que desemboquen en lesiones, bajo rendimiento, e incluso problemas de salud.
Fuente: “Alimentación, nutrición e hidratación en el deporte” Ministerio de Educación, Política Social y Deporte.