El reciclaje puede definirse como el reprocesado de los materiales de los residuos en nuevos productos, elementos o componentes, cuya destino final puede ser el mismo que el que tenían originalmente u otro distinto.
Se trata de un proceso en el que los residuos o desechos se transforman en nuevas materias primas que puedan volver a utilizarse óptimamente. Con ello se ahorra en el uso de nuevos recursos y se contribuye a mejorar el futuro de nuestro planeta.
Creado con el fin de poner en valor los beneficios de este conjunto de procesos de transformación y reutilización, el Día mundial del Reciclaje se crea para concienciar a la sociedad de la importancia que tiene tratar los desechos como corresponden, y así proteger el medio ambiente.
Lo cierto es que los productos destinados al proceso de reciclado reciben un tratamiento con muchos pasos para garantizar que el resultado sea óptimo. Desde las operaciones de selección, pasando por otras como las de trituración y limpieza, hasta llegar a la homogenización y conversión en nuevas materias primas, el sistema de reciclado va avanzando de forma distinta en función del tipo de material de que se trate.
Por esta razón, si desde casa ya empezamos a separar y manipular adecuadamente nuestros residuos, facilitaremos el trabajo posterior de reciclaje.
Para ayudar en la tarea del reciclaje desde InfoAlimenta os explicamos de forma general como se pueden tratar los distintos tipos de materiales para que poco a poco todos podamos aportar nuestro granito en el cuidado de nuestro planeta:
Plásticos y briks: para darles una segunda vida se deben depositar en el contenedor amarillo.
Latas: Entre las materias primas que las componen contienen aluminio y se pueden reciclar un número ilimitado de veces. Como los plásticos y los briks van en el contenedor amarillo.
Papel y cartón: con su reciclaje se contribuye a reducir el uso de recursos naturales y a retardar su agotamiento. Hay que meterlos en el contenedor azul.
Vidrio: se puede reciclar al 100% y de forma ilimitada. Van en el contenedor verde.
Pilas y baterías: nunca se deben tirar a la basura, pues son altamente contaminantes. Lo correcto es llevarlas a los contenedores especiales (de residuos peligrosos) destinados para ellas o al punto limpio que tengamos más cerquita.
Otro tipo de productos o materiales: aceites, aparatos eléctricos, etc. deben llevarse a los puntos limpios.
Aunque parezca algo complicado y tedioso, a medida que lo vamos repitiendo, el reciclaje se convierte en un hábito diario con múltiples beneficios para el planeta. Entre ellos:
Se ahorran recursos naturales y energía ya que se reutilizan las materias primas.
Se contribuye a frenar el cambio climático puesto que el gasto energético que supone tratar materias primas recicladas es menor que el de utilizar nuevas.
Se generan menos residuos ya que parte de ellos se reciclan, y por tanto se ayuda a reducir la contaminación de espacios naturales.
Se fabrican nuevos productos a partir de materiales usados por lo que contribuye a la innovación y el desarrollo.
Como vemos, son muchas las posibilidades que ofrece el reciclaje, y no todas son conocidas. Es por esto que el Día Mundial del Reciclaje se ha convertido en una iniciativa muy popular en distintos países, pues ayuda a tomar conciencia de la importancia y necesidad de reciclar, y posiblemente sea el empujón que muchos necesiten para ponerse en marcha con ello. ¿Tú te sumas?